El tren especial del dictador norcoreano Kim Jong Un partió de Beijing este miércoles poniendo fin a la cuarta visita a China del líder norcoreano, destinada probablemente a afinar estrategias antes de una nueva cumbre con Donald Trump.
En esta nueva visita a su principal aliado, Kim visitó, según la prensa surcoreana, una fábrica de medicamentos y se reunió con el presidente chino Xi Jinping.
Periodistas de la agencia AFP vieron el tren norcoreano, verde y con una línea amarilla, partir de la estación central de Beijing, al día siguiente de su llegada a la capital china.
Fiel a la tradición, el gobierno chino mantuvo en secreto el programa de la fugaz visita de Kim a Beijing.
Según la agencia de prensa surcoreana Yonhap, Kim fue recibido el martes durante una hora por Xi. Los dos líderes cenaron luego junto con sus esposas en el Palacio del Pueblo. Kim festejaba al parecer el martes su cumpleaños (su fecha de nacimiento no se conoce con certeza).
Según Yonhap, las discusiones fueron principalmente sobre la segunda cumbre prevista de Kim con el presidente estadounidense, luego de su histórico encuentro de junio en Singapur.
Según los analistas, el joven dirigente de Pyongyang busca el apoyo de Beijing para obtener de Washington el levantamiento de las sanciones internacionales infligidas al Norte para sancionar su programa nuclear y balístico.
En su discurso de Año Nuevo, Kim amenazó con cambiar de actitud hacia Washington si no obtenía satisfacción.
China siempre temió que su pequeño vecino se derrumbe, lo que sería sinónimo de la llegada de refugiados a su territorio y podría significar el despliegue de tropas estadounidenses en su frontera. Así y todo las ambiciones nucleares de Pyongyang fueron también una molestia para Beijing en los últimos años.
Kim siempre tomó el recaudo de informar a Xi sobre sus intercambios con Estados Unidos y con Corea del Sur.
"Si quiere poder resistir a la presión estadounidense, debe comunicar por adelantado a Xi para saber qué fichas debe mover en estas negociaciones con Trump", analiza el politólogo chino Hua Po.
El dirigente de Pyongyang "necesita el apoyo de Xi para pedir a Estados Unidos que haga gestos consecuentes, como dar una ayuda a Corea del Norte y normalizar las relaciones", agrega este experto independiente.
El dirigente norcoreano hizo su primer viaje oficial al extranjero el año pasado, cuando viajó a China, antes de reunirse con el presidente surcoreano Moon Jae-in y Donald Trump.
Trump acaba de anunciar que Washington y Pyongyang están negociando el lugar de su próximo encuentro, pero no se adelantó ninguna fecha.
Las discusiones entre Pyongyang y Washington sobre el arsenal nuclear norcoreano no avanzan desde la cumbre de Singapur. Estados Unidos insiste que las sanciones deben seguir vigentes mientras que el Norte no haya renunciado a sus armas nucleares, Pyongyang exige que se quiten antes. China también querría que la comunidad internacional minore las sanciones.
Con información de AFP
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