Quiénes son los kurdos, qué buscan y por qué están al borde de una nueva derrota

Son más de 30 millones de personas, pero no tienen soberanía sobre ningún territorio y constituyen la nación sin Estado más grande del mundo. Muchos viven en Siria, donde combatieron a ISIS y ganaron numerosos espacios. Pero la retirada de Estados Unidos los dejó a merced de Turquía, su peor enemigo

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Kurdos protestan el 28 de diciembre en la ciudad de Qamishli, en el nordeste de Siria (AFP)
Kurdos protestan el 28 de diciembre en la ciudad de Qamishli, en el nordeste de Siria (AFP)

Kurdistán es una región de Medio Oriente no delimitada explícitamente. Abarca entre 300.000 y 400.000 kilómetros cuadrados, repartidos entre Turquía, Irak, Irán y Siria. Lo que la distingue es que es el territorio en el que siempre estuvieron asentados los kurdos.

Este grupo étnico tiene muchas peculiaridades. Sus raíces culturales e históricas son muy cercanas a las iraníes, pero tienen su propio idioma. Si bien son musulmanes, la rama mayoritaria es el islam suní, no el chií.

Pero lo que verdaderamente los diferencia de otras comunidades es su eterna lucha por la soberanía territorial. A pesar de ser más de 30 millones según estimaciones conservadoras, nunca pudieron construir un estado —al menos no por un período lo suficientemente prolongado—.

Tener una identidad muy fuerte, con el anhelo siempre latente de erigir su propio país, los convirtió en una amenaza para las naciones que los albergaron. Por eso fueron continuamente segregados.

Se calcula que más de la mitad de los kurdos —al menos 18 millones— viven en Turquía, donde son la principal minoría étnica. Eso explica que la relación con el poder central sea ahí mucho más conflictiva que en cualquier otra parte.

En 1978 se fundó en el país el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), un sector radicalizado que apeló a la lucha armada y al terrorismo para lograr la independencia. Aunque su actividad disminuyó en los últimos años, aún sigue vigente, y la necesidad de combatirlo le da la excusa perfecta a Ankara para aplastar cualquier reclamo kurdo, por más que sea pacífico.

Soldados kurdos
Soldados kurdos

La guerra que se desató en Siria hace nueve años representó al mismo tiempo una amenaza y una oportunidad para este pueblo. En su apogeo, el Estado Islámico se propuso exterminarlo y asesinó a varios miles. Pero su capacidad para organizarse y resistir, y el apoyo logístico de las potencias occidentales, que lo eligieron para ser su brazo armado en la lucha contra ISIS, le permitió ganar espacios inéditos en el nordeste sirio.

Meses atrás, la posibilidad de consolidar allí una región autónoma dentro de Siria no parecía descabellada. Pero la reducción de ISIS a su mínima expresión cambió el escenario.

Turquía comenzó a involucrarse cada vez más en el conflicto, preocupada por el avance kurdo en su frontera sur. La decisión de Donald Trump de retirar las tropas estadounidenses le liberó el camino para arremeter contra ellos, que se sienten abandonados por Occidente.

El desenlace del conflicto es aún incierto, pero la nación sin estado más grande del mundo teme que culmine en una nueva derrota. O peor, en una tragedia.

La eterna lucha de los kurdos

Los kurdos pasaron buena parte de su historia divididos en distintos principados, que muchas veces no mantenían relaciones del todo amistosas entre sí. Durante algunos siglos fueron objeto de disputa entre Irán y el Imperio Otomano, hasta que éste se convirtió en la potencia hegemónica de la región.

Esas comunidades gozaron por mucho tiempo de una autonomía considerable, pero en el siglo XIX Estambul inició una política de centralización que les quitó recursos y atribuciones. En 1847 hubo un importante levantamiento liderado por un emir kurdo contra los otomanos. Aunque fue sofocado, sirvió de antecedente para otros que vinieron después y prendió la mecha del nacionalismo kurdo.

Tras la Primera Guerra Mundial y la disolución del imperio, el gobierno de los Jóvenes Turcos llevó adelante una política de secularización radical y persecución de las minorías. Los kurdos fueron blanco de una limpieza étnica, que si bien no es comparable a la que sufrieron los armenios, tuvo cientos de miles de víctimas entre muertos y desplazados.

Recep Erdogan, presidente de Turquía (Reuters)
Recep Erdogan, presidente de Turquía (Reuters)

En los años siguientes surgieron algunos intentos de crear estados kurdos independientes, pero ninguno fue exitoso. El primero fue el Reino de Kurdistán, instaurado en 1922 en lo que hoy es Irak, que en ese momento era el Mandato Británico de Mesopotamia. Duró hasta 1924, cuando el Reino Unido lo aplastó.

En 1927 una rebelión en el sudeste de Turquía terminó con la proclamación de la República Kurda de Ararat, que fue vencida tres años después por el Ejército turco. En 1947, colectivos kurdos en Irán fundaron la República de Mahabad, también conocida como República de Kurdistán, que duró apenas unos meses.

Después de eso no se registraron intentos similares, al menos no en esa escala. Los derechos y las condiciones de vida de los kurdos fueron oscilando en los distintos países en los que tuvieron presencia. Y la insurrección volvió al centro de la escena en los 70 y 80 en Turquía, durante el apogeo del PKK.

Manifestación de kurdos en Irak (AFP PHOTO / SAFIN HAMED)
Manifestación de kurdos en Irak (AFP PHOTO / SAFIN HAMED)

Los kurdos en Siria

Hasta 2011 había 1.6 millón de kurdos viviendo en Siria, lo suficiente para ser la principal minoría étnica. Representaban cerca del 9% de la población, y la mayor parte estaba concentrada en el norte y en el nordeste.

La discriminación y la segregación eran más o menos sistemáticas. En diferentes regiones se les prohibía hablar en su idioma e incluso registrar a sus hijos con sus nombres. A muchos se les negó la nacionalidad siria, lo cual los convirtió en apátridas: sin acceso a derechos sociales y sin siquiera la posibilidad de salir del país.

"Antes de la revuelta de 2011, los kurdos en Siria eran personas olvidadas. Durante las décadas de 1960 y 1970, sufrieron diversas políticas estatales destinadas a su asimilación. A partir de los 80, el estado sirio apoyó a algunos partidos políticos kurdos, como el PKK, que había buscado refugio en el país. Pero, a pesar de esa alianza contra Turquía, siguieron siendo considerados un grupo marginal en el campo político y social sirio", explicó Jordi Tejel, historiador de Medio Oriente de la Universidad de Neuchâtel, Suiza, consultado por Infobae.

Antes de la revuelta de 2011, los kurdos en Siria eran personas olvidadas

Paradójicamente, la devastación causada en Siria por la guerra civil que siguió a las protestas contra el régimen de Bashar al Assad, y luego por el Estado Islámico, les dio a los kurdos una oportunidad impensada para mejorar su situación. Con el correr del tiempo, se convirtieron en una de las principales fuerzas de oposición a ISIS.

"El conflicto cambió marcadamente su estatus en Siria. Transformó a esta minoría históricamente oprimida e invisible en un actor geopolítico. La guerra civil e internacional creó el espacio para la movilización de los kurdos, y permitió que la atención internacional se posara sobre ellos por el rol crucial que jugaron en el enfrentamiento contra ISIS, por su orientación secular y por la visibilidad de las mujeres en la guerra", dijo a Infobae Idris Ahmedi, profesor de ciencia política de la Universidad de Karlstad, Suecia.

Sus principales organizaciones armadas son las Unidades de Protección Popular (YPG) y las Unidades Femeninas de Protección (YPJ). Desde 2015 comenzaron a contar con el apoyo explícito de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, que necesitaba un grupo local no islamista para llevar a cabo la lucha contra el Estado Islámico en el terreno.

Donald Trump decidió retirar tropas de Siria (Reuters)
Donald Trump decidió retirar tropas de Siria (Reuters)

"Los kurdos sirios y los nacionalistas kurdos en el país estaban divididos en sus aspiraciones. Probablemente, sólo la mitad o menos apoyaba a la izquierda idealista del PYD (partido que fundó a las YPG). El resto adhería a partidos democráticos, centristas o conservadores. Muchos de ellos tenían simpatía por la oposición árabe a Al Assad e inicialmente se unieron a la oposición. Pero, cuando estalló el conflictos sólo el PYD tenía una milicia (las YPG). Bajo las condiciones del enfrentamiento, este grupo se volvió dominante y pasó a ser visto como representativo de las aspiraciones de todos los kurdos sirios", sostuvo Michael Wuthrich, profesor de ciencia política global y estudios internacionales de la Universidad de Kansas, en diálogo con Infobae.

En octubre de 2015, las YPG y las YPJ formaron las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), en coalición con otras guerrillas árabes. Tras varios triunfos, declararon al norte de Siria como una entidad federativa autónoma, Rojava. En un primer momento, el gobierno sirio rechazó la proclama, pero luego se mostró dispuesto a negociar.

"En mayo de 2017, la administración Trump decidió reabastecer a las milicias kurdas con el objetivo de acelerar las operaciones por la liberación de Raqqa. El presidente turco Recep Erdogan trató de evitar que los kurdos conquisten la que era considerada la capital de ISIS en Siria, pero el deseo de Washington parecía claro: Raqqa tenía que ser liberada por los kurdos, que debían consolidar definitivamente su presencia y autoridad en Rojava", dijo a Infobae Guido Massimo Dell'Omo, especialista en relaciones internacionales de la Universidad LUISS Guido Carli.

El conflicto cambió marcadamente su estatus en Siria. Transformó a esta minoría históricamente oprimida e invisible en un actor geopolítico

Los kurdos tienen actualmente en su poder cerca del 30% del territorio sirio, aunque es la parte más deshabitada y menos productiva. Bajo su órbita, además de Raqqa, están las ciudades de Qamishli y Hasakah.

"No obstante —dijo Ahmedi—, así como la guerra civil, con lo trágica y brutal que fue, tuvo un impacto tan fuerte para los kurdos, su finalización los privará de sus ganancias. Por consideraciones militares y estratégicas, Al Assad había retirado a sus tropas del territorio kurdo al comienzo de la guerra, para evitar luchar en múltiples frentes. Como la supervivencia de su régimen está casi garantizada, y sus patrocinadores internacionales, que son Rusia e Irán, apoyan la democracia siria, los kurdos no sólo van a carecer de estatus político en el futuro: van a ser blanco de ataques de fuerzas sirias una vez que el Gobierno considere que se desvanecieron las amenazas de los grupos rebeldes suníes que quedan".

Tropas de las YPG en Siria (Archivo)
Tropas de las YPG en Siria (Archivo)

Turquía, siempre al acecho

"Turquía ve los logros kurdos en Siria como una amenaza y va a hacer todo lo que esté a su alcance para socavarlos y destruirlos —continuó Ahmedi—. Es probable que combine ataques aéreos con la fuerza en el terreno de grupos rebeldes suníes aliados".

Ankara, que venía participando de forma indirecta en el conflicto, resolvió intervenir militarmente ante el avance sostenido de los kurdos. Temiendo un eventual efecto contagio en el sur del país, Erdogan lanzó hace un año la Operación Rama de Olivo, con el objetivo de expulsar a las FDS de Siria.

"El 18 de marzo de 2018, las fuerzas turcas, en conjunto con grupos rebeldes, tomaron el control de Afrin, masacrando a 1.500 kurdos y prendiendo fuego la ciudad. El 24 de marzo recibimos la noticia de la retirada de las milicias del PKK de la ciudad de Sinjar, en Irak, para evitar una intervención militar turca en el área. El 27 de marzo Washington despejó cualquier duda sobre su posición respecto de las acciones de Erdogan. El entonces secretario de Defensa James Mattis dijo que 'Estados Unidos está codo a codo con Turquía en su lucha contra el PKK'", contó Dell'Omo.

El presidente ruso Vladimir Putin y el dictador sirio Bashar al Assad, reunidos en Sochi el 20 noviembre de 2017 (Sputnik/Mikhail Klimentyev/Kremlin via REUTERS)
El presidente ruso Vladimir Putin y el dictador sirio Bashar al Assad, reunidos en Sochi el 20 noviembre de 2017 (Sputnik/Mikhail Klimentyev/Kremlin via REUTERS)

Las tropas turcas lograron arrebatarles varios municipios a los kurdos y así se convirtieron en otro actor clave de la trama siria. La decisión anunciada el 19 de diciembre pasado por Donald Trump de retirar 2.000 soldados estadounidenses de Siria parece despejarles el camino.

"Durante estos años —dijo Dell'Omo—, Estados Unidos trató de encontrar un balance entre su relación con Turquía (del que es socio en la OTAN) y su vínculo con los kurdos. Los combatientes de las YPG se volvieron famosos en todo el mundo por su coraje en el combate contra ISIS, pero no tienen el peso político y militar, ni la importancia que podría permitirles tener voz en el expediente crucial de la región. Turquía es un aliado al que Estados Unidos puede provocar, pero no puede abandonar de una manera que podría dejarlo en las manos de Irán y de Rusia".

Una muestra del delicado equilibrio que intenta ejercitar Washington es todo lo que sucedió después del anuncio. Ante las críticas casi unánimes por parte de republicanos y de demócratas, de altos mandos militares y de socios internacionales, el gobierno de Trump dio señales de que podría demorar la concreción del repliegue de tropas.

Los kurdos van a ser blanco de ataques de fuerzas sirias una vez que el Gobierno considere que se desvanecieron las amenazas

Esta semana, el secretario de Estado Mike Pompeo habló en una entrevista de la "importancia de evitar que los turcos masacren a los kurdos". Pero no está claro cómo pretende lograrlo.

"La decisión de Estados Unidos de dejar Siria crea un gran riesgo para las YPG. Turquía está empeñada en reducir la importancia de esa organización. Con los ojos del mundo mirando, sabe que no puede atacar ciegamente a los kurdos per se, pero encontrará alguna justificación para ir contra las YPG. Ciertamente, el escenario de Afrin podría repetirse. De todos modos, Ankara tiene mucha presión interna y externa para jugar su mano con cuidado. Puede que haya una acción militar, pero probablemente sea estratégica y dirigida", concluyó Wuthrich.

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ACTUALIZACIÓN:  El 14 de enero, la Embajada de Turquía en Buenos Aires envió una carta en réplica a este artículo que se publica a continuación:

El artículo titulado "Quiénes son los kurdos, qué buscan y por qué están al borde de una nueva derrota" publicado el 6 de enero en su portal de noticias contiene elementos que distorsionan los hechos sobre los kurdos y los últimos acontecimientos en la región, acusando injustamente de distintas formas a Turquía con un acercamiento unilateral, erróneo y deliberado.
En primer lugar, en el artículo casi se pasa por alto el hecho de que el PKK (El Partido de los Trabajadores del Kurdistán) es reconocido como una organización terrorista por Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos, y que la mencionada sangrienta organización terrorista es responsable por la pérdida de vidas de miles de personas, incluidos niños y mujeres, en sus masacres cometidas durante últimos 40 años dentro y fuera de nuestro país. El PKK al no recibir el respaldo de los millones de ciudadanos de Turquía de origen kurdo quienes, siendo una parte integral de nuestra sociedad, contribuyen a la economía, la cultura y le democracia de Turquía, continúa su supuesta "lucha" con el apoyo económico y moral de terceros países, así como del tráfico de drogas, armas y de la trata de personas; el estado de la República de Turquía, por su parte , continúa determinadamente su lucha contra la viciosa organización terrorista que, en los últimos 30 años, ha dejado un saldo de miles de mártires y veteranos.
El Partido de la Unión Democrática (PYD) y las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG) que se formó después de los acontecimientos de los últimos 8-9 años ocurridos en Siria son administrados por el mismo personal del PKK y son sus brazos en Siria. Asimismo, el PYD/YPG ciertamente no es representativa de los kurdos sirios, y con sus actos dirigidos contra los kurdos sirios del mismo origen étnico, comete crímenes de lesa humanidad.
El vacío de poder creado por los conflictos en Siria y por la falta de una solución política ha permitido al PKK/PYD/YPG obtener ganancias para su propio interés que es contrario al del pueblo sirio. El PKK/PYD no es sólo una amenaza para la seguridad de Turquía, sino que también constituye una amenaza contra la integridad territorial de Siria. El PKK/PYD no tiene reservas para aplicar métodos tales como la limpieza étnica, la persecución, la migración forzada, el reclutamiento de niños por la fuerza para convertirlos en niños soldados. En la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño y en otros instrumentos internacionales, la reclusión de los niños es considerada como un crimen contra la humanidad. El PKK/PYD continúa aplicando dichas tácticas en Siria que fueron aplicadas anteriormente en Turquía y en los países vecinos.
Nuestro país ha abierto sus puertas a tres millones y medio de sirios quienes tuvieron que abandonar su país debido a los conflictos en Siria. En este contexto, Turquía alberga a cientos de miles de kurdos sirios que huyen de las atrocidades del PYD/YPG y no pueden regresar a su país debido a la presión del PYD/YPG. Turquía continúa defendiendo la protección de los derechos de los kurdos sirios tanto en su lucha contra el terrorismo, así como en sus esfuerzos para lograr una solución política al conflicto sirio.
Gracias a las operaciones del Escudo del Éufrates y la Rama de Olivo, un área de 4 mil kilómetros cuadrados ha sido liberada de los terroristas y alrededor de 300.000 sirios hospedados en nuestro país regresaron con seguridad a estas áreas. En las etapas avanzadas, junto con la participación de la población local, se realizan esfuerzos para garantizar la seguridad y la estabilidad y en este contexto, continúan los trabajos para la remoción de minas y explosivos (hechos a mano) colocados por el PYD/YPG, el establecimiento del orden público, el gobierno local y la seguridad, así como para el regreso seguro de los refugiados y personas desplazadas.
Turquía lucha, con total voluntad, contra las organizaciones terroristas tales como FETÖ, DAESH, PKK/PYD/YPG. Nuestro país está realizando importantes esfuerzos para aumentar la conciencia de la comunidad internacional contra la amenaza del terrorismo. En este contexto, está trabajando para establecer nuevos mecanismos para incrementar la efectividad de las medidas antiterroristas en plataformas bilaterales e internacionales. Nuestro país es miembro activo de la Coalición de Lucha contra DAESH y es el presidente del Grupo de Trabajo sobre Guerreros Terroristas Extranjeros. Turquía, además, es un importante contribuyente con los esfuerzos de la lucha contra el terrorismo llevados a cabo por la ONU, el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), El Foro Global Contra el Terrorismo (GCTF) y la Comisión Europea. En este sentido, Turquía continuará su lucha contra el terrorismo con firmeza.
Turquía no puede tolerar que una organización terrorista genere una amenaza contra nuestro país y nación encontrando un refugio más allá de nuestro territorio. No se puede permitir que estos grupos alcancen sus objetivos unilaterales contrariamente a la unión nacional de Siria y el consentimiento del pueblo sirio. En este sentido, Turquía, como ha sucedido antes, también continuará tomando las medidas necesarias conforme al derecho internacional.
No se puede destruir una organización terrorista apoyando a otra. Una vez fortalecida, no es posible prever las consecuencias de apoyar una organización terrorista. Para poder lograr el objetivo de eliminar la amenaza terrorista, es esencial mandar un claro mensaje de que ninguna organización terrorista será tolerada.
Embajada de la República de Turquía en Buenos Aires

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