El gobierno de Taiwán respondió este miércoles al régimen chino, luego de las declaraciones de Xi Jinping, quien declaró que "China debe ser y será reunificada", un objetivo para el que no descartó el uso de la fuerza contra los intentos separatistas.
"El pueblo taiwanés aprecia los valores democráticos, son su modo de vida", replicó el miércoles la presidente taiwanesa, Tsai Ing-wen, en una rueda de prensa y acusó al gigante asiático de haber "comprado" en los últimos meses a algunos de los aliados diplomáticos de la isla.
"Si el gobierno chino no trata a su pueblo con indulgencia, si no puede garantizar los derechos humanos y si no deja votar a su pueblo los taiwaneses verán las intenciones de China con sospecha", dijo por su parte el ministerio taiwanés de Exteriores.
Algunos miembros del Partido Democrático Progresista (PDP), el partido de Tsai, piden la independencia formal de la isla cuyo nombre oficial sigue siendo República de China.
Para llegar a un "consenso" sobre la reunificación, Xi Jinping pidió un diálogo entre todas las partes pero partiendo de un reconocimiento previo del "principio de una sola China".
Sin embargo, Jean-Pierre Cabestan, experto en China de la Universidad Bautista de Hong Kong, advirtió que un diálogo como el propuesto por Xi jinping "excluiría a mucha gente", empezando por el PDP de Tsai. "En resumen Xi declara estar dispuesto a negociar, a ofrecer muchas cosas, pero primero hay que capitular (…) No puede ser, no funcionará", indicó.
Según Cabestan, el discurso de Xi "con su tono amenazador" podría al contrario provocar a los taiwaneses. El sinólogo apunta que el poder chino quiere alejar a los electores del PDP a favor del Kuomintang (KMT), un partido considerado más favorable a la reunificación china.
"Pero incluso si el KMT volviera al poder no habría mandato para negociar un acuerdo de reunificación", indica el experto.
(Con información de AFP)
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