Los rescatistas rusos recuperaron otros seis cadáveres desde debajo de los escombros del edificio que se derrumbó este lunes en la ciudad de Magnitogorsk, en la región de los Urales, con lo que se elevan a 21 las víctimas mortales del siniestro, informaron este miércoles las autoridades locales.
Entre los cuerpos hallados estaba el de una niña de 3 años, dijeron agencias de noticias rusas citando al Ministerio de Manejo de Emergencias.
De momento permanecen desaparecidas más de 20 personas (entre ellos cinco niños) que residían en la sección del edificio de apartamentos de diez plantas que se desplomó presuntamente por una explosión de gas.
Aunque a cada hora se reduce la esperanza de encontrar a más gente con vida, con temperaturas a 20 grados bajo cero, el reciente hallazgo de un gato que sobrevivió al derrumbe renació la ilusión, a 60 horas del colapso.
Varios cientos de personas han sido movilizadas para las labores de rescate, incluidos especialistas procedentes de Moscú y de Ekaterimburgo, la capital de los Urales, equipados con perros rastreadores.
Las autoridades han advertido de que debido a las bajas temperaturas, del orden de los 20 grado bajo cero, las posibilidades de hallar sobrevivientes bajo los escombros se reduce con cada hora que pasa.
Magnitogorsk, de unos 400.000 habitantes, se encuentra en la región de los montes Urales en donde hay abundantes yacimientos mineros. La ciudad alberga una de las principales acerías del país.
Los investigadores abrieron una investigación criminal. El servicio de seguridad FSB confirmó que el accidente lo provocó una explosión de gas.
Este tipo de explosiones de gas son relativamente comunes en Rusia donde muchas infraestructuras son de la época soviética y carecen de mantenimiento. Las medidas de seguridad son con frecuencia ignoradas.
(Con información de EFE y AFP)
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