Un 22 de diciembre, hace exactamente 57 años, fallecía el Cardenal Elia Angelo Dalla Costa, arzobispo de Florencia, quien durante el Holocausto organizó una vasta red de rescate, conocida como la Red Florentina.
Merced a las actividades de dicha organización, centenares de judíos, en su mayoría niños, lograron salvarse de las garras de la máquina de exterminio nazi.
La Red Florentina fue creada tras la ocupación nazi por factores judíos y católicos, entre los cuales se destacaban, además de Dall Costa, el rabino Nathan Cassuto y Raffaele Cantoni. Entre los beneficiarios de este esfuerzo de salvataje se encontraban también judíos de zonas que habían estado bajo control italiano, como Yugoslavia y parte de Francia.
El Cardenal Dalla Costa desempeñó un rol fundamental en las tareas de rescate, con la ayuda de su secretario personal, el Padre Meneghello, quien supervisaba la logística de la red.
Dalla Costa se ocupó de reclutar a curas y monjas de la zona, quienes instaron a los jefes de iglesias, monasterios y colegios a ofrecer refugio a los perseguidos. En este marco, Dalla Costa fue un factor instrumental en la creación de numerosas Casas de Vida en la región de Florencia, dos de las cuales, Las Hermanas Misioneras Franciscanas de María y Las Hermanas Siervas de María Santísima de los Dolores ya fueron declaradas como tales por la Fundación Wallenberg.
En Las Hermanas Misioneras Franciscanas de María se refugiaron la esposa e hijos del Gran Rabino de Genova, Ricardo Pacifici, Emanuele y Raffaele. Estos últimos fueron posteriormente trasladados a otro instituto religioso de la zona y sobrevivieron la guerra. El hijo de Emanuele, también llamado Riccardo, como su abuelo asesinado en Auschwitz, llegó a desempeñarse hasta hace poco como presidente de la UCEI (Unión de Comunidades Judías de Italia).
Dalla Costa reclutó no solo a religiosos sino que también a muchos laicos. El más prominente, fue el afamado ciclista Gino Bartali (Dalla Costa bendijo su boda). Entendiendo que los soldados alemanes no se atreverían a detener a un deportista de prestigio mundial en sus entrenamientos, Dalla Costa diseñó la idea de que Bartali escondiera documentos falsificados en el armazón de su bicicleta, a fin de entregarlos a judíos perseguidos y ofrecerles protección.
Tanto el Cardenal Dalla Costa y Gino Bartali, han sido oficialmente reconocidos como Justos entre las Naciones.
A fines de 1943, gran parte de los miembros judíos de la Red Florentina fueron arrestados por los nazis. A partir de ese momento, los factores católicos de la red asumieron la mayor parte de la responsabilidad en las tareas de rescate.
En total, la Red Florentina instituida por Dalla Costa contó con miles de voluntarios y 35 Casas de Vida, constituyéndose en una de las organizaciones de rescate más audaces e ingeniosas de la Segunda Guerra Mundial.
La Fundación Raoul Wallenberg rindió al Cardenal Dalla Costa y a Gino Bartali en diversas ocasiones, incluyendo la gestión de estampillas conmemorativas que fueron emitidas por la Autoridad Filatelica del Estado de Israel. El Board de la ONG ha resuelto ampliar las tareas de reconocimiento de estos héroes mediante la organización de concursos literarios en el marco de colegios secundarios para que los alumnos se compenetren con el legado heroico de Dalla Costa y de Bartali.