"Hoy en día hacer un chiste sale tan caro que es un lujo que muy pocos se pueden permitir". Así comienza el comercial de una empresa de fiambres del que habla toda España. Muestra los diálogos que se desarrollan en una tienda de objetos de gran valor, en un día lluvioso, atendida por dos atildados comerciantes. Una cruda ironía en tiempos de corrección política.
– Buenos días.
– Bienvenida, ¿en qué podemos ayudarle?
– Venía a comprar un chiste.
– ¿Es para una ocasión especial?
– Hombre, hacer un chiste no es algo que uno puede permitirse todos los días.
– Cierto. Acompáñenos, por favor.
Los diálogos son de lo más disparatados. Los "clientes" ingresan en busca de todo tipo de bromas de acuerdo a diferentes circunstancias en que se encuentren: bodas, cenas de empresas, funerales, monarquía, feminismo.
Otro hombre se preocupa por el precio. Al ser un objeto presentado como "de lujo", el valor es elevadísimo. "¿Pero cuántas cuotas me quedan por pagar? Es que me vais a arruinar". Cuanto más complejo el asunto, más caro lo que debe pagarse por el chiste.
"El humor siempre ha sido transversal en nuestras campañas, pero este año hemos querido ponerlo en el centro de la historia", explicó Laura Álvarez, responsable de Márketing y Medios de Campofrío, la empresa de fiambres española que está en boca de todos -sin chiste- por el original comercial.
El spot publicitario, dirigido por Daniel Sánchez Arévalo, muestra a diferentes cómicos que forman parte de la trama. Entre ellos: Belén Cuesta, El Langui, Silvia Abril, David Broncano y Antonio de la Torre.
"Nuestro trabajo no es no ofender, sino hacer reír. El humor es una obra de ficción que lo único que tiene que conseguir es hacer risa. Cuando se hace un chiste genérico sobre algo no estás faltando al respeto a nadie. La persona que se siente ofendida es demasiado egoísta, porque tú no estás haciendo ese chiste para ofenderle personalmente", señaló Broncano en declaraciones publicadas por El Mundo.
Para el protagonistas del aviso, Antonio de la Torre, la cosa es más drástica: "En el fondo, en España el franquismo todavía está muy presente. Aunque hayan pasado 40 años, uno no se sacude la herencia de una dictadura tan rápido. No se entra en democracia diciendo: mañana se vota y ya está. Tiene que cambiar la manera de pensar y de entender la sociedad".
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