Cuevas, pozos y grutas en Huelva. Allí se centra la desesperada búsqueda de Laura Luelmo Hernández, la joven profesora de 26 años que desapareció el pasado miércoles 12 de diciembre y que tiene en vilo a toda España. De los operativos participan más de 300 agentes. El centro de los rastrillajes se da entre El Campillo y los pueblos que rodean esa zona, donde fue vista por última vez la mujer luego de que saliera a hacer deporte.
La única certeza que tiene la Guardia Civil por el momento es que Luelmo no escapó de forma voluntaria, sino que un tercero pudo haber participado de su desaparición. Incluso, también, pudo tratarse de un accidente.
El novio de la profesora informó a los investigadores que su pareja le había dicho que estaba preocupada ya que se sentía observada y acosada por un vecino. El diario Espejo Público fue el que dio esta versión más preocupante. De acuerdo a ese medio, el vecino se sentaba en una silla frente a su vivienda solo para observarla detenidamente.
El hombre ya está en la mira de los detectives. Los medios locales lo identificaron con las siglas L.M. Se trata de un adulto que "había tenido problemas con la justicia". Cuando comenzaron los movimientos de la Guardia Civil en la casa de Luelmo, el señalado por la joven desapareció. El "gitano", como se lo conocía, fue condenado en 2001 a 15 años de prisión por apuñalar mortalmente a una mujer en la localidad onubense de Cortegana un año antes.
Sin embargo, la Guardia Civil ha dejado claro a la prensa que "muchas cuestiones que se están comentando por redes sociales son falsas" y que por el momento "no hay sospechosos concretos".
Según quienes la conocían, Luelmo era una mujer "con la vida hecha", quien fue a El Campillo porque debía cumplir con una suplencia en el Instituto de Enseñanza Secundaria Vázquez Díaz del municipio de Nerva, aseguran las mismas fuentes.
Los investigadores también intentaron seguir el rastro de su teléfono móvil. La señal detectada se perdió a nueve kilómetros al norte de El Campillo. En su búsqueda se han movilizado cientos de personas entre voluntarios y profesionales.
El vecino asesino y… ¿violador?
L.M. ya tiene antecedentes de violación. Fue en abril de 2008, cuando asaltó en el parque de Los Cipreses de la ciudad a una joven de 27 años poniéndole un cuchillo en la garganta. La víctima iba con su perro, un pastor alemán, que terminaría salvándole la vida.
El agresor gozaba de unos días de licencia penitenciaria. Estaba borracho e intentó violarla. El perro intervino, éste le clavó el cuchillo en un costado y en ese momento la mujer le pegó un codazo y salió corriendo en busca de ayuda. Tras ser encontrado culpable, recibió otra condena de tres años y medio.
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