La edición número 24 de la conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP24) comenzó este domingo en Katowice, Polonia, con la participación de unos 200 países y el objetivo de poner en marcha el acuerdo de París frente a la urgencia climática, un día después del cierre de la cumbre del G20 que tuvo también al calentamiento global como uno de sus temas principales.
"Este año debería ser uno de los cuatro más calientes jamás registrados. Las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera están en su punto más alto y las emisiones continúan aumentando", dijo Patricia Espinosa, responsable sobre el clima de la ONU.
"Los impactos del cambio climático nunca fueron tan graves (como ahora). Esta realidad nos dice que tenemos que hacer mucho más. La COP24 tiene que hacer eso posible", agregó Espinosa en un comunicado.
El presidente saliente de la COP23, el primer ministro de Fidji, Frank Bainimarama, pasó el relevo a su sucesor polaco, Michal Kurtyka, que presidirá la conferencia.
"La ciencia muestra claramente que solo tenemos una década para atajar las emisiones de gases con efecto invernadero", que tienen consecuencias en el clima, la salud o la productividad agrícola, subrayó Johan Rockströem, del Postdam Institute for Climate Impact Research (PIK),
Con el acuerdo de París de 2015, el mundo se comprometió a limitar la subida de la temperatura a 2 ºC respecto a la era preindustrial, e idealmente a +1,5 ºC.
El reciente informe de los científicos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), destacó la diferencia "neta" en el impacto que tendrían esos dos objetivos, que irían desde olas de calor al aumento del nivel del mar.
Pero los compromisos que hasta ahora han tomado los firmantes del acuerdo de París llevarían a un mundo a +3 ºC.
Puesto que el planeta ya ha subido 1 ºC, para mantenerse por debajo de + 1,5 ºC, las emisiones de CO2 deberían reducirse casi un 50% para 2030 respecto a 2010, según el IPCC.
Los miembros del G20, que se reunieron durante el viernes y sábado en Buenos Aires, Argentina, reafirmaron en la declaración final conjunta su apoyo al acuerdo de París. Pero Estados Unidos, que se ha retirado del pacto, manifestó su excepción.
Con una guerra comercial entre China y Estados Unidos y el escepticismo respecto al cambio climático de Donald Trump y del futuro presidente brasileño, Jair Bolsonaro (que también mencionó una posible salida de su país del acuerdo de París), "las estrellas ya no están alineadas" para coordinar acciones, lamentó Seyni Nafo, portavoz del grupo África.
"Pero, para África, sean cuales sean las peripecias de la geopolítica, no tenemos elección. Sentimos las consecuencias del cambio climático cada día […] Ampliaremos nuestra acción contra el cambio climático", declaró Nafo a la AFP.
La cumbre de un día el lunes en Katowice, a la que sólo algunos dirigentes confirmaron su asistencia, incluidos los primeros ministros holandés y español o los presidentes de Nigeria y de Botswana, podría esbozar las intenciones del resto del mundo.
Pero, pese al llamado "diálogo de Talanoa" (una serie de encuentros en curso para intentar aumentar los objetivos), los observadores temen que la mayoría de Estados, deseosos de revisar sus compromisos para 2020, esperen otra cumbre convocada por el secretario general de la ONU en septiembre de 2019 en Nueva York para mostrar sus objetivos.
En cuanto a Polonia, anfitriona del acto y firme defensora de su industria del carbón, su principal objetivo es que se adopte el manual de uso del Acuerdo de París.
Así como una ley necesita de un decreto de aplicación, el acuerdo de París requiere de unas reglas precisas para ser puesto en marcha, especialmente sobre la transparencia, es decir, como los Estados rendirán cuenta de sus acciones, su financiación o sus resultados.
Estas reglas también determinarán el grado de flexibilidad de aplicación en los países más pobres.
"No hay acuerdo de París sin Katowice", recalca la presidencia polaca de la COP24 (Conferencia de las partes).
Los países desarrollados se comprometieron a aumentar a 100.000 millones de dólares anuales para 2020 la financiación de políticas climáticas de los países en vías de desarrollo. Pero aunque según la OCDE esos flujos vayan en aumento, muchos países del sur reclaman compromisos más claros para cumplir esa promesa.
"El acuerdo de París no puede aplicarse sin financiación para que los países en vías de desarrollo tomen medidas (…) Cuanto más tengan que esperar los países pobres, más caro costará", advierte Gebru Jember Endalew, presidente del grupo de países menos avanzados.
Con información de AFP
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