El octogenario rey de Arabia Saudita, Salman bin Abdulaziz al Saud, decidió no asistir a la cumbre del G20 que comenzará el viernes en Buenos Aires, Argentina. En su lugar envió a su hijo y príncipe heredero, Mohammed bin Salman (MBS), a bordo del Boeing 747-468 de la flota oficial.
Se trata de una versión acondicionada para el traslado de un jefe de Estado y su comitiva, basado en el histórico modelo de cuatro motores y joroba de la empresa estadounidense, el Jumbo.
El arribo de Mohammed bin Salman a Buenos Aires
Con matrícula HZ-HM1, este 747-468 fue entregado en 2006 y entró en servicio en la flota en 2011. En el morro puede leerse, en árabe y en inglés, la inscripción "que Dios te bendiga", y en la cola se exhibe el emblema de Arabia Saudita: dos espadas cruzadas al pie de una palmera.
Poco se sabe del interior de la aeronave en que arribó MBS, aunque se especula con lujos y comodidades acordes a la vida de la acaudalada familia real de la casa Saud, que controlan el país petrolero desde la unificación de Arabia en 1932.
De hecho, la elección del enorme 747 como avión oficial es ya inusual entre los líderes del mundo, que suelen optar por aeronaves de diseño más moderno y de mayor eficiencia.
El Jumbo voló por primera vez en 1969 y se convirtió en un éxito global en casi todas las aerolíneas, pero, aunque sigue en producción, ha estado progresivamente siendo reemplazando por otros modelos.
El descenso del rey Salman bin Abdulaziz al Saud en su escalera dorada (Gentileza ODN)
Sigue siendo uno de los aviones de pasajeros más grandes en operación, con una envergadura de 65 metros y capacidad para un máximo de 46o pasajeros, solo superado por los nuevos Airbus A380, con una envergadura de casi 80 metros y una capacidad de 550 pasajeros.
Pero aunque no se conozca el lujo en su interior, durante el arribo a Buenos Aires, el príncipe heredero ya mostró un importante cambio con respecto a su padre: decidió no utilizar la escalera mecánica dorada que el rey solía enviar antes en otro avión para que lo esperara al llegar.
En cambio, MBS descendió rápidamente y sin mucha parafernalia por las escaleras comunes provistas por el servicio del aeropuerto internacional Ministro Pistarini, en la ciudad argentina de Ezeiza.
La últimas dos veces que el rey Salman bin Abdulaziz al Saud utilizó este lujoso medio fue durante las visitas oficiales que realizó en 2017 a Indonesia y Rusia. En ambas viajó junto con una delegación de casi 1.500 personas: 800 delegados, 620 ayudantes, 25 príncipes y 1o ministros.
No es el único lujo extravagante que se le conoce al monarca de 82 años. En 2015, durante una visita al sur de Francia se hizo construir un elevador para descender desde el hotel a la playa.
MBS, también ministro de Defensa del reino y para muchos el poder real en el país, tiene casi 50 años menos que su padre y menos restricciones de movilidad, por lo que no necesitaría estos artefactos para su visita.
Aunque no se conoce aún cuán grande será la comitiva del príncipe heredero, se estima que no alcanzará los números de su padre. Pero lo cierto es que, como adelantó Infobae, Arabia Saudita informó en un principio de la llegada de seis aviones oficiales de pasajeros y carga, una flota solo superada por los Estados Unidos.
A comienzos de la semana se observó el aterrizaje de un Boeing 777 de carga de la aerolínea estatal Saudia, también en Ezeiza, con equipo y personal destinado a la comitiva del polémico heredero al trono.
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