(Video: El Faro de Vigo)
El que fuera rey de España, Juan Carlos I de Borbón, dejó pasmados a los viandantes que paseaban por el centro de Vigo, en Galicia, al salir de una famosa marisquería de la zona, casi en la madrugada.
Los presentes, incrédulos, se apuraron a sacar sus móviles para grabar la escena. Al comprobar la agitación que había despertado, el Rey quiso mostrarse educado y se dirigió a ellos con un "Buenas noches". Acompañado de su hija, la infanta Elena, y custodiado por su escolta personal, había asistido a una cena con un grupo de viejos amigos.
Aunque algunos gallegos se acercaron al Rey de forma educada, pidiéndole "un besiño", pronto la situación se torció, y refiriéndose a él como "Juanca", increparon al monarca con todo tipo de burlas.
"¿Qué tal el centollo?", le esgrimió uno de los presentes en alusión a este carísimo marsico, un crustáceo considerado un manjar en España.
"A tope con la droga", le gritó otro.
"¿Dónde está mi chica?", preguntaron por la fama de las presuntas amantes del rey.
"Que viva La República", defendió uno de los presentes frente a la dinastía monárquica que Juan Carlos representa.
Molestos por los insultos hacia el Rey, otros no dudaron en defenderlo también a gritos: "Viva España y viva el Rey", se escucha. "Que vivan las buenas personas", añade una mujer.
Ante el revuelo, Juan Carlos trató de afrontar la situación con talante. Cuando una mujer le preguntó cómo es que había ido a Galicia, él respondió, entre risas, "Caminando". "Qué campechano es", añadió un viandante sarcástico tras esta elocuencia.
Instantes después, y percatándose de que el ambiente se tensaba, se despidió sin detenerse, protegido por su seguridad personal. Su hija, la infanta Elena tampoco se salvó de las mofas de los gallegos, que trataron de captar su atención gritándole repetidas veces "Elenita, Elenita".
Pese a la incómoda situación que vivió el rey emérito en Galicia, lo cierto es que sus visitas a esta comunidad autónoma española son cada vez más frecuentes. Al menos un fin de semana al mes viaja a Sanxenxo, donde suele disfrutar junto con su gran amigo Pedro Campos, presidente del Club Náutico de la localidad.
Pedro Campos también se encontraba en el momento en el que increparon al rey, tras la cena en la exclusiva marisquería localizada en la calle Ronda de Don Bosco. La grabación, en la que se veía a Don Juan Carlos caminar con cierta dificultad, ha vuelto a poner en entredicho su buen estado de salud.
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