"Esa chica está fuera de control". Ese fue el mensaje que la Justicia italiana no escuchó. Lo emitió, casi de manera desesperada, el servicio social de su ciudad, Cisterna di Latina -a unos 50 kilómetros de Roma-, que trataba a la adolescente de 16 años por sus adicciones.
Los servicios sociales, que siguieron el caso de Desirée Mariottini, informaron a la Corte de Menores que la niña de 16 años estaba en peligro y, que había que accionar para protegerla.
Abandonó la escuela después del primer año, pasaba días enteros y, a veces, noches fuera de la casa. Frecuentaba lugares arriesgados, y tomaba drogas. Con estos datos, estaban seguros de que había que hacer algo para ayudarla.
¿Por qué la advertencia fue a la Justicia? Porque Desirée estaba como estaba por la inestabilidad emocional en su familia. Su padre, sospechado de actividades ilícitas, no podía acercarse a su casa. La madre estaba ausente y la abuela, a cargo de la menor, no podía manejar la crítica situación.
Sin el accionar de la Justicia, su familia no pudo mantenerla a salvo de esas peligrosas amistades. Según reconstruyeron los investigadores, Desirée había empezado a asistir al edificio ocupado un mes antes de la trágica noche del 18 al 19 de octubre en la que murió.
El cuerpo de la niña de 16 años fue hallado en "La Casa de la droga", donde se vende y consume heroína. La autopsia determinó que su cuerpo estaba lleno de drogas y psicotrópicos, fue violada por un grupo de hombres que, además de abusar sexualmente de ella, la dejó morir en una cama sucia.
No dejaron que nadie la socorriera. Desirée murió el 19, por lo que su calvario duró más de 10 horas. Fue asfixiada, se cree que le taparon la boca con una mano para que no gritara, y la autopsia también confirmó que existió violencia repetida.
Según el informe policial, difundido por el diario italiano Corriere Della Sera, mientras Desiré agonizaba, había varias personas en el edificio ocupado. "La vieron, la tocaron, la desvistieron y la vistieron. Pero nadie hizo nada para salvarla. Cuatro eran mujeres, dos italianas", detalla el medio. El registro es escalofriante porque en todas esas horas nadie llamó a una ambulancia… nadie la ayudó.
Hasta el momento, son cuatro los arrestados por el brutal crimen. Los primeros dos son senegaleses de 26 y 43 años sin documentos legales para residir en Italia. Luego cayó un tercer sospechoso, un nigeriano de 46 con permiso de residencia en la capital italiana por motivos humanitarios, informaron fuentes del Ministerio de Interior. Y por último, un gambiano, localizado por la policía en la ciudad de Foggia, en la región de Apulia (sur), en las proximidades de un centro para inmigrantes, presuntamente huyendo de Roma al saberse perseguido.
La fiscal, María Paola Tomaselli, en la orden de detención, los definió como "depredadores que han violentado salvajemente a una chica muy joven e indefensa, sin ninguna piedad".
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