Las autoridades sauditas no permitieron al equipo de investigación de Turquía registrar el jardín ni el pozo del consulado de Estambul en el que desapareció y fue asesinado el periodista Jamal Khashoggi.
Un equipo de expertos turcos registró detalladamente, empleando químicos para detectar rastros de sangre, el edificio del consulado saudita el 15 de octubre, casi dos semanas después de la desaparición de Khashoggi, y volvió a hacerlo en la madrugada del jueves pasado.
Pero ahora ha salido a la luz que las autoridades sauditas no permitieron a los equipos turcos ampliar sus pesquisas ni al jardín del consulado, ni al pozo, señaló la agencia Anadolu, citando fuentes policiales.
Dado que el consulado y la residencia del cónsul, así como los vehículos con placas diplomáticas, son zonas extraterritoriales de acuerdo con la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, la policía turca necesita el visto bueno de los representantes de Riad para cada paso que da en esta investigación.
El propio presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se quejó el martes por la "falta de cooperación" del cónsul saudita y reveló que la policía turca solo obtuvo el permiso de entrar al complejo consular tras una conversación telefónica de Erdogan con el rey Salmán bin Abdulaziz.
Diversos medios locales han asegurado que el periodista fue descuartizado en el consulado, pero permanecen las interrogantes sobre qué pasó con el cadáver de Khashoggi. Por ello, los forenses buscaban tomar nuevas muestras del jardín y del agua para determinar la presencia de sangre o de rastros de químicos usados en procesos para deshacerse de restos humanos.
Tras haber negado inicialmente la muerte del periodista, la monarquía saudita admitió tras semanas de presión internacional su fallecimiento, aunque aseguró que se produjo a causa de una "pelea" en el consulado.
Pese a las promesas de colaboración con las autoridades para llegar al fondo del asunto, son varias las instancias en las que oficiales sauditas pusieron freno a las pesquisas locales. La monarquía también decidió que el príncipe Mohammed bin Salmán sea el líder de la investigación interna sobre el hecho, pese a que un asesor del propio heredero a la corona es señalado como el supervisor de un comando secreto que viajó menos de 24 horas a Estambul el día que Khashoggi fue asesinado.
(Con información de EFE)
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