En la calle Unicef en Vitoria, en el País Vasco, algo olía muy mal… Pero nadie se imaginó lo que realmente estaba sucediendo.
Es que a Nadejda Belozor Tivikova nadie la buscaba. Según El Español, las cartas se amontonaban en su buzón y su auto acumulaba polvo en el parking. Hasta que llegó un correo electrónico.
Un hermano de la mujer, ucraniana de nacimiento pero con la doble nacionalidad rusa y española, mandó un e mail de auxilio a la Ertzaintza, la policía autonómica del País Vasco. Pedía desesperado ayuda para poder encontrar a su hermana.
Los agentes de la policía vasca fueron hasta el domicilio, no era la primera vez, ya en 2013 habían ido hasta allí por las quejas de mal olor, pero como nadie respondió al timbre se fueron. Esta vez, decidieron forzar la puerta. Cuando entraron no podían creer lo que vieron, Nadejda llevaba muerta 8 años. Y su cuerpo, ya descompuesto, estaba momificado.
Según informó El Correo, el cadáver yacía sobre la cama del dormitorio "sin síntomas de violencia". Todo apunta a que falleció de manera natural, puesto que las llaves del domicilio estaban echadas puestas por dentro.
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