El pequeño robot espacial franco-alemán Mascot se separó el miércoles de la sonda japonesa Hayabusa-2 y aterrizó sobre un asteroide, para una misión relámpago que podría aportar datos preciosos sobre el nacimiento del sistema solar, indicó la agencia espacial nipona Jaxa.
"Touchdown! Mascot tocó el suelo de Ryugu una veintena de minutos después de separarse de Hayabusa-2", anunció el Centro Nacional de Estudios Espaciales de Francia en Twitter.
Touchdown ! #Mascot a touché le sol de Ryugu une vingtaine de minutes après s'être séparé d'@haya2e_jaxa https://t.co/Rj6O7YGVy8 #AsteroidLanding pic.twitter.com/iQuoaoBEqj
— CNES (@CNES) October 3, 2018
El aparato, de 10 kilogramos, tiene el tamaño de una caja de zapatos y una autonomía de entre 12 y 16 horas. Debe unirse a dos microrrobots japoneses Minerva, que llegaron al lugar hace una decena de días.
"¡Voy! ¡Desciendo hacia Ryugu! ¡Ahora no pueden detenerme!", lanzó en su propia cuenta de Twitter el robot Mascot (Mobile Asteroide Surface Scout), diseñado por el Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES) francés y su homólogo alemán DLR.
I’m doing it! I’m descending to #Ryugu! Can’t stop me now! #AsteroidLanding
— MASCOT Lander (@MASCOT2018) October 3, 2018
Se trata del primer éxito mundial para este tipo de misión, tras una anterior tentativa japonesa fallida en 2005, según la Jaxa.
La aventura empezó el 3 de diciembre de 2014 para la sonda Hayabusa-2, que emprendió un periplo de 3.200 millones de kilómetros.
Necesitó tres años y diez meses para llegar a su destino. El pasado junio, se estabilizó finalmente a 20 km del asteroide Ryugu, situado a 300 millones de km de nuestro planeta.
Pero, para soltar a Mascot el miércoles, Hayabusa-2 se acercó solo 51 metros, y se desprendió del aparato a las 01H57.
Tras caer durante unos diez minutos, debía posarse sobre el suelo del asteroide, muy accidentado. Una vez colocado, debería desplazarse poco para ahorrar batería, a diferencia de los robots Minerva de segunda generación, que se desplazan dando saltos de 15 metros.
Mascot transmitirá durante su corta vida datos a Hayabusa-2 para ayudarlo en su principal tarea: lanzar violentamente sobre Ryugu un proyectil para provocar un choque en la superficie y coleccionar polvo, unas muestras que llegarán a la Tierra a finales de 2020.
(Con información de AFP)
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