El Gobierno de Indonesia pidió este lunes ayuda internacional tras el sismo, seguido de un tsunami, que sacudió el viernes la isla de Célebes (Sulawesi), y que causó, al menos, 832 muertos, una gran destrucción en diferentes comunidades e incluso la liberación de 1.200 prisioneros.
El presidente indonesio, Joko Widodo, los autorizó a aceptar ayuda internacional de urgencia para responder al desastre, declaró Tom Lembong, un responsable gubernamental, mientras que decenas de agencias humanitarias y de ONG afirmaron su voluntad de asistir al país.
El sismo de magnitud 7,5 sacudió la isla de Célebes, justo antes de las 11:00 GMT del viernes, y la posterior ola de 1,5 metros rompió contra la costa, ambos dejaron en Palu (costa occidental) coches destrozados, edificios en ruinas, árboles arrancados y postes eléctricos caídos.
Indonesia, un archipiélago de 17.000 islas e islotes que se encuentra en el Cinturón de Fuego del Pacífico, es uno de los países del mundo más propensos a sufrir desastres naturales.
El 26 de diciembre de 2004, Indonesia registró una serie de devastadores terremotos, uno de ellos de magnitud 9,1 en la isla de Sumatra. Ese temblor provocó un gran tsunami que causó la muerte de 220.000 personas en la región, 168.000 de ellas en Indonesia.
En 2006, casi 6.000 personas fallecieron en un violento sismo que golpeó la isla de Java.
Prisiones abiertas y prisioneros sueltos
Cerca de 1.200 prisioneros indonesios han escapado de tres establecimientos carcelarios en Célebes luego de que las instalaciones fueron afectadas por el terremoto y el posterior tsunami, señaló este lunes el ministerio de Justicia.
Una de las prisiones en la ciudad de Palu, diseñada para alojar a 12o prisioneros, contaba con 581 reos que aprovecharon la confusión para superar a los guardias y escapar.
"El agua brotó desde el suelo del patio de la prisión, lo que causó pánico entre los reos", explicó el funcionario ministerial Sri Puguh Utami. "Estoy seguro de que escaparon porque temían ser afectados por el terremoto. Esto es seguramente una cuestión de vida o muerte para los prisioneros", agregó.
También hubo escapes en otra prisión en Palu y en un establecimiento en Donggala, donde había 343 reos, luego de que el terremoto provocara un incendio.
La mayoría de los prisioneros cumplen condenas por corrupción y narcotráfico, señaló el Ministerio. En tanto, cinco condenados por terrorismo habían sido trasladados días antes del desastre.
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