La tierra comenzó a temblar, pero el controlador aéreo siguió en su puesto para garantizar el despegue de un avión de línea. Fallecido en el terremoto que sacudió la isla indonesia de Célebes, Anthonius Gunawan Agun se ha convertido en un héroe nacional.
Este indonesio de 21 años se encontraba en el aeropuerto de Mutiara SIS Al Jufrie de Palu, en el oeste del archipiélago de Célebes, cuando empezaron los primeros temblores el viernes.
Según los responsables del aeropuerto, se negó a abandonar su puesto hasta que el aparato de la compañía indonesia Batik Air despegara. Sus compañeros, que no supervisaban este avión, ya se habían ido.
"Cuando se produjo el terremoto, estaba dando la autorización de despegue a un vuelo de Batik Air y esperó que el avión estuviera en el aire para abandonar la torre del control de tráfico aéreo", declaró un portavoz de AirNav Indonesia, la organización de supervisión del control aéreo, Yohanes Harry Sirait.
Según el funcionario, la decisión le costó la vida, pero posiblemente salvó a cientos de otros.
Tras el despegue del vuelo 6231, los temblores fueron más fuertes, hasta alcanzar la magnitud 7,5. Este sismo y el tsunami que le siguió causaron al menos 832 muertos en la zona.
El edificio empezó a derrumbarse y Agung saltó de un cuarto piso. Además de romperse las dos piernas, la caída le provocó numerosas lesiones internes.
Fue trasladado a un hospital cercano para recibir los primeros auxilios pero sucumbió a sus heridas antes de que llegara el helicóptero que lo iba a transportar a un centro mejor equipado.
En un comunicado, AirNav señaló que subiría de dos rangos el grado de Agung a título póstumo, como reconocimiento a su valor.
#RIPAgung pic.twitter.com/hLLaLRDCCC
— AirNav Indonesia (@AirNav_Official) September 29, 2018
Por su parte, piloto de Batik Air, Ricosetta Mafella, quien capitaneó ese último vuelo, expresó su gratitud por las acciones de Agung y compartió las últimas palabras del héroe en su cuenta de Instagram.
El capitán dijo que había pedido a la torre que le permitiera despegar tres minutos antes de lo previsto y que Agung había aceptado su pedido.
"Alas de honor para Anthonius Gunawan Agung mi ángel guardián en Palu. Descansa en paz amigo mio. Dios esté contigo", escribió.
El capitán también publicó un video de los tsunamis que golpearon la costa indonesia filmados desde el avión instantes después del despegue.
"Gracias a Dios hubo una voz que me dijo de partir antes. 30 segundos más tarde y no hubiera podido volar", escribió el piloto.
El terremoto inhabilitó al aeropuerto de Palu, donde se abrieron grietas de a lo largo de 250 metros de la pista de aterrizaje.
No obstante, el aeropuerto opera con 2.000 metros de pista, lo suficiente para emergencias y ayuda humanitaria.
El seísmo de magnitud 7,5 que sacudió la isla de Célebes el viernes y la posterior ola de 1,5 metros que rompió contra la costa dejaron en Palu coches destrozados, edificios en ruinas, árboles arrancados y postes eléctricos caídos.
Los socorristas buscaban supervivientes entre los escombros de un hotel, que podía albergar a un máximo de 150 personas, y un centro comercial que se derrumbó con el sismo.
(Con información de AFP)
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