Las carreras de toros son una práctica muy habitual en India, sobre todo en el sur del país, a pesar de estar prohibidas. Los competidores usan a estos animales como si fueran caballos: les atan carros por detrás y utilizan su fuerza para impulsarse a grandes velocidades.
La interdicción está directamente relacionada con el abuso que supone sobre los toros, y con los peligros que tiene esta práctica. Recientemente se conoció un caso que lo evidencia.
Un camarógrafo quería tener un video único de una carrera clandestina. Entonces, se subió en la parte trasera de una motocicleta y se ubicó en el centro del camino por el que iban a pasar los concursantes.
El objetivo era ir avanzando a la misma velocidad que los toros, pero algo falló: la moto nunca llegó a arrancar. Como consecuencia, la manada arrolló al camarógrafo y al conductor.
Si bien perdió la cámara, el primero de los hombres sólo sufrió heridas menores y consiguió pararse rápidamente. Pero el motociclista quedó inconsciente por los golpes.
Los espectadores lo asistieron inmediatamente y lo apartaron hasta un costado del camino. Una ambulancia lo trasladó a un hospital, donde ingresó en estado crítico.
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