Una jueza de la localidad española de Pozoblanco procesó a José Ángel Prenda, Antonio Manuel Guerrero, Alfonso Jesús Cabezuelo y Jesús Escudero —cuatro de los cinco miembros de La Manada, condenados a nueve años de prisión por abusar de una joven durante los Sanfermines de 2016—, por un caso similar, que ocurrió dos meses antes.
De acuerdo a lo que informó el periódico español El País, se los imputó por presuntos abusos sexuales y un delito contra la intimidad de una mujer de 21 años que se encontraba en estado de profunda inconsciencia en el interior de un vehículo.
Solamente Ángel Boza, que se encuentra en prisión preventiva por el robo de unos anteojos de sol, no está involucrado en este caso.
El delito contra la intimidad se tipifica porque los implicados grabaron con el teléfono de Guerrero los presuntos abusos y luego los difundieron en varios grupos de WhatsApp en donde se referían a la víctima como "bella durmiente".
En el auto, dictado el pasado 21 de septiembre, la jueza agregó un delito de maltrato, únicamente contra Cabezuelo, el militar del grupo, por abofetear a la joven cuando ésta se negó a practicarle sexo oral.
La víctima narró ante la Justicia que estaba inconsciente cuando abusaron de ella y que ninguno de los cuatro agresores le pidió permiso para difundir los videos.
"Nada más entrar [la mujer en el vehículo], y tras sentarse en el asiento del copiloto cayó en un estado de profunda inconsciencia", según el auto.
A ese vehículo subieron también Antonio Manuel Guerrero, que es quien lo conducía, Escudero, el peluquero y Prenda. Durante el trayecto a Pozoblanco, "todos ellos le tocaron los pechos" y el militar la "besaba en la boca, riéndose entre ellos de la víctima".
Prenda, según el auto, grabó todo esto en el móvil de Guerrero, que precisamente servía en el cuartel de la localidad cordobesa. Una vez en Pozoblanco, la joven se despertó desnuda en el asiento de atrás "con el mono y las medias rotas".
El acoso no terminó allí. "La joven se vistió y se colocó en el asiento del copiloto, momento en el que Cabezuelo le requirió para que le hiciera una felación. Ante la oposición de ella, el investigado la golpeó dos veces en la cara y otra en el brazo".
Jesús Pérez, el abogado de Guerrero -el guardia civil de La Manada-, expresó a El País que "no están de acuerdo con los hechos que se relatan en el auto de la jueza, que contienen contradicciones muy serias y evidentes, ni tampoco en las imputaciones".
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