"La situación es tensa": Vladimir Putin y Recep Erdogan negocian el futuro de Idlib, el último bastión rebelde en Siria

Los presidentes de Rusia y Turquía se reunieron en Sochi para intentar superar sus diferencias y llegar a un acuerdo mientras las tropas sirias, aliadas de Moscú, esperan la orden de avanzar. Se trata del último enclave en poder de quienes se levantaron contra el dictador Bashar al Assad en 2011

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El presidente turco Recep Erdogan y su par ruso, Vladimir Putin (Reuters)
El presidente turco Recep Erdogan y su par ruso, Vladimir Putin (Reuters)

El presidente de Rusia Vladimir Putin y su par turco Recep Tayyip Erdogan se reunieron este lunes para intentar llegar a un acuerdo sobre el destino de Idlib, el último bastión rebelde en Siria que el régimen de Bashar al Assad quiere conquistar junto a su aliado ruso.

Los dos presidentes, cuyos países son actores clave del conflicto, se reunieron en el balneario de Sochi, en el mar Negro, para superar las divergencias aparecidas en la cumbre que celebraron con el presidente iraní, Hasan Rohani, en Teherán el 7 de septiembre.

Estas divergencias incitaron a Rusia a postergar la ofensiva de Idlib para evitar un conflicto diplomático con Turquía, que apoya a algunos grupos rebeldes y se opone a dicha ofensiva.

De hecho, tropas turcas y sus aliados del Ejército Libre Sirio (FSA, una coalición rebelde), ocupan posiciones justo al norte de Idlib, en una porción de territorio sirio capturado en 2016 y 2018 por orden de Ankara para poner un límite a los grupos kurdos. Por lo que una ofensiva terrestre podría provocar roces de consecuencias incalculables.

"La situación es tensa con Idlib" admitió el lunes el portavoz del Kremlin Dmitri Peskov, citado por la agencia rusa Ria Novosti, aludiendo a "diferencias de enfoque" entre los dos países sobre el futuro del único feudo todavía en manos de la oposición armada que se levantó contra el presidente Al Assad en 2016.

Rusia, su mejor aliado, parece querer acabar rápidamente con la rebelión siria y, durante la cumbre de Teherán, era el más ferviente partidario de un gran asalto contra Idlib. Por el momento, aviones rusos y sirios continúan bombardeando el enclave en preparación de la ofensiva terrestre.

La provincia de Idlib está controlada en un 60% por el grupo yihadista Hayat Tahrir Al Sham (HTS), integrado por la antigua rama del Al Qaeda en Siria. Aunque apoye a otros grupos rebeldes, Turquía considera "terrorista" al HTS.

Desde la cumbre de Teherán hay intensas negociaciones entre rusos y turcos para intentar lograr un compromiso. El objetivo principal de Ankara es llegar a neutralizar al HTS pero evitando una gran ofensiva militar.

Los mandatarios se reunieron en Sochi, un balneario ruso sobre el Mar Negro (Reuters)
Los mandatarios se reunieron en Sochi, un balneario ruso sobre el Mar Negro (Reuters)

Una temporaria reducción en los bombardeos 

Turquía, un país fronterizo con la provincia siria de Idlib, quiere evitar un nuevo flujo de refugiados sirios que provocaría una ofensiva militar. El país ya ha acogido a más de tres millones de sirios desde el inicio en 2011 de la guerra.

Además, a Ankara le preocupa la situación de centenares de soldados turcos desplegados en 12 puestos de observación establecidos en Idlib para comprobar que se verifica el proceso de "distensión" implementado desde enero de 2017 por el llamado proceso de Astaná. También le preocupa el futuro de los rebeldes "moderados" de la zona, que Turquía apoya.

Precisamente la prensa turca anunció este lunes que el gobierno turco había enviado nuevos refuerzos militares a uno de esos puestos de observación en Idlib.

Civiles huyendo de Idlib antes de la invasión por parte de tropas del régimen sirio (AFP)
Civiles huyendo de Idlib antes de la invasión por parte de tropas del régimen sirio (AFP)

Como consecuencia de estas tensiones, durante la última semana los bombardeos del régimen de Damasco y de su aliado ruso contra Idlib han disminuido en intensidad.

"Lo que se presenta ahora como el inicio de una ofensiva de las fuerzas sirias con apoyo ruso no se ajusta a la realidad" declaró la semana pasada el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov. "Trabajamos con los turcos para resolver la situación en Idlib" agregó, y precisó que Rusia hará todo lo posible para "asegurarse que la población civil no va a sufrir".

Siria está devastada desde 2011 por una guerra que ha causado más de 360.000 muertos. La intervención del ejército ruso desde septiembre de 2015 en apoyo del régimen sirio cambió el curso de la guerra y permitió al gobierno de Damasco lograr importantes victorias militares que aseguraron su supervivencia.

Con información de AFP

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