Saint Tropez. 1997. Verano. Por primera vez en varios años esa mujer que conseguía todo con su mirada se sentía feliz. Plena. Diana Frances Spencer –Lady Di para el universo todo– experimentaba la sensación de tener que acomodar asuntos pendientes. Su vida amorosa por fin había hallado un oasis en los brazos de alguien tan inesperado como rico, Dodi al Fayed.
Pero aun, esa mujer de ojos tristes y rostro resplandeciente, ¿tenía cuentas pendientes? ¿Quería pagarlas? ¿Saldar deudas? Quizá sentía que no debía nada, y de esa forma sí completar todos los casilleros de su antigua vida, solo quería atender a sus hijos, una devoción recíproca. ¿Una premonición de lo que sucedería tiempo después? Nadie nunca podrá responder esa pregunta.
Lo cierto es que el 23 de julio de ese año, Diana caminó por su habitación de hotel. Pensó brevemente. Y dictó. En su cabeza ya rondaba lo que debían trazar. Dijo en voz alta a una asistente una serie de conceptos claros, concisos y sin lugar a otras interpretaciones. Una carta de perdón y gracias. Destinatario: Graham Cook. Profesión: guardaespaldas real.
Fue escrita por Lady Di cinco semanas antes de que un accidente –lleno de dudas– la enfrentara a la muerte junto al hombre que amaba entonces, Dodi.
En la epístola, con el encabezado del Kensington Palace, donde la ex princesa vivía aún y a la cual representaba, Diana le agradecía los diez días que habían pasado junto con sus hijos, William y Harry, y lo bien que Cook los había cuidado.
Era una despedida. Un adiós para lo que la mujer más fotografiada del mundo esperaba fuera una nueva vida, más alejada de la prensa y los escándalos que la Casa Real del Reino Unido le había inyectado a su vida.
La carta completa:
Querido Graham,
William, Harry y yo queríamos escribirte para agradecerte muchísimo por cuidarnos tan bien durante nuestra estadía en Saint Tropez.
Nos damos cuenta de que nuestra presencia, junto con la de los medios, hizo tu trabajo enormemente difícil, ¡y por eso nos disculpamos!
Sin embargo, todos tuvimos unos diez días mágicos, lo que no hubiera sido posible sin tu valiosa contribución, y por eso, todos te enviamos nuestro más cálido agradecimiento posible.
Tuyos, sinceramente.
Diana, William y Harry
La carta saldrá a subasta en pocos días. Creen que por tratarse de una prueba escrita de los últimos días de Lady Di tiene un gran valor. "Esta correspondencia personal de Diana, princesa de Gales y sus hijos con uno de sus guardaespaldas durante el verano de 1997 proviene de una época muy importante de la vida de la difunta princesa", dijo Mark Gilding, director de la Auction House.
"Puedes sentir la carga que los medios de comunicación le trajeron a Diana, y la simpatía y dificultad que trajo a las personas de confianza que estaban sirviendo para protegerla a ella y a sus hijos", concluyó el rematador.
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