Operation Finale, una esperada película que cuenta la osada e histórica captura de uno de los arquitectos del holocausto judío que se ocultó en Argentina después de la caída del régimen nazi, llega a los cines de los EEUU la próxima semana.
Protagonizada por el actor británico Ben Kingsley, que encarna al oficial alemán huido Adolf Eichmann, y por el estadounidense de origen guatemalteco Oscar Isaac, que interpreta a Peter Malkin, uno de los agentes israelíes que participó en el arresto del nazi, la película se esfuerza en presentar a los autores del genocidio judío como humanos.
"Muchos de los responsables no eran demagogos, ni sádicos, ni psicópatas, sino gente normal que se vio inmersa en esa situación", dijo el director de este largometraje, Chris Weitz, hijo de un refugiado judío que además participó como soldado en la Segunda Guerra Mundial.
Sí, Eichmann era "ambicioso y oportunista y muy manipulador, pero un ser humano", sentenció Weitz.
Por su parte, durante todo el rodaje, Kingsley llevó una foto de su amigo, el sobreviviente del Holocausto, activista y autor Elie Wiesel, fallecido en 2016.
"Todos los días, como le había prometido, miraba la foto de Elie que llevaba en mi billetera y decía 'Lo estoy haciendo por ti'", dijo Kingsley
Cómo fue la captura de Adolf Eichmann
Operation Finale cuenta la historia real de cómo, en 1960, las agencias de inteligencia de Israel consiguen localizar en Buenos Aires a Adolf Eichmann, uno de los colaboradores de Hitler y al que se consideró el principal diseñador de la "solución final", los métodos de ejecución utilizados en el genocidio nazi.
Sin el conocimiento de las autoridades argentinas, un equipo de media docena de oficiales israelíes viajan de incógnito hasta el país latinoamericano, donde organizan una compleja operación para secuestrar al militar nazi y llevarlo a Israel para ser juzgado 15 años después de la caída de Hitler.
Ahí, los agentes se encuentran con un Eichmann establecido junto con su mujer y su hijo en una sencilla residencia de un pacífico y apartado suburbio de Buenos Aires, pero aún en contacto con los movimientos antisemitas presentes en América Latina en aquel momento.
Durante su captura en la Argentina, antes de ser trasladado a Israel, el largometraje permite ver "dentro de la mente y dentro del mundo" de Eichmann, y "cómo cambia los hechos e insiste en verdades", explicó a la prensa el guionista de Operation Finale, el joven británico Matthew Orton.
Repleta de intensas escenas e inquietantes momentos, la película, rodada íntegramente en la Argentina el año pasado, también recuerda el trauma extremo que marcó a la sociedad judía tras el Holocausto y el debate existente en Israel sobre cómo tratar a los oficiales nazis huidos que eran localizados.
El equipo encargado de capturar al oficial nazi, comandado por el jefe del Servicio Secreto Israelí Isaac Harel, estaba integrado por una decena de especialistas se instaló en Argentina a comienzos de mayo de 1960, después de que la fiscalía alemana comunicara la información sobre el paradero de Eichmann al Gobierno israelí.
Luego de un seguimiento de varios días, lograron determinar que el alemán que se hacía llamar Ricardo Klement bajaba todos los días del colectivo a las 19:40 horas, caminaba unos ochenta metros por el piso de tierra de la calle Garibaldi, en San Fernando, hasta llegar a su casa. Volvía de su trabajo en la Mercedes Benz.
La operación se fijó para el día 11 de mayo. Se decidió que lo sorprenderían al bajar del colectivo. En la oscuridad de la noche, los dos autos detenidos no levantarían sospechas. A las 20:05 de se día, Eichmann le pidió al chofer del ómnibus que se detuviera para descender. Tras bajar del bus, tan solo había recorrido treinta metros cuando Peter Malkin, el agente israelí designado, se le tiró encima y logró inmovilizarlo.
Su familia, conocedora de los aterradores secretos que había juramentado sepultar, sospechó que algo había ocurrido con su padre. Pero como el resto del mundo, sabría la verdad recién doce días después: sacado de la Argentina de incógnito, apareció en Israel, luego de un estruendoso anuncio mundial realizado por el primer ministro Ben Gurión.
Por primera vez, un líder nazi sería juzgado en Israel.
Quién era Adolf Eichmann
Eichmann nació en Solingen, Alemania, el 19 de marzo de 1906. Con 44 años llegó la Argentina, donde se instaló bajo un nombre falso con su familia en esa localidad del Gran Buenos Aires. Casado con Veronika Liebl, tuvo cinco hijos: Klaus, Horst, Dieter, Ricardo y Nicolás. Nadie sabía que el alemán de pocas palabras era, en realidad, uno de los grandes responsables de la maquinaria asesina de Hitler.
Durante sus años de gloria como jerarca ascendió hasta el rango de teniente coronel de las SS, el brazo militar-político de la Alemania nazi, encargado de la pureza ideológica y racial en las fuerzas que combatían en nombre del Führer.
Enrolado desde el 1 de abril de 1932 en las SS, pronto logró notoriedad y ascensos. Hasta convertirse en una mano derecha de Hitler en el exterminio de judíos. Fue el encargado de organizar la logística de transportes de las víctimas a los campos de concentración desparramados por toda Europa. Él era quien tenía a su mando la deportación de los judíos y la construcción de las cámaras de gas con la que se terminaba con sus vidas.
Desde su lugar en la estructura burocrática nazi, Adolf Eichmann organizó, sucesivamente, la expulsión de los judíos de Alemania, su deportación de los territorios ocupados por las nazis y el traslado de millones de judíos a los campos de exterminio.
Además fue el anfitrión de quince altos funcionarios nazis en la llamada Conferencia de Wansee. Allí, con Eichmann como secretario, labrando las actas de la reunión, dejando constancia para la posteridad, se decidió establecer La Solución Final.
El juicio
El juicio contra Eichmann comenzó en Jerusalén el 11 de abril 1961, casi un año después de su captura en Buenos Aires. Se lo acusó de crímenes contra la Humanidad, y un centenar de sobrevivientes del Holocausto dieron testimonio contra él. En su defensa dijo que lo hacía cumpliendo órdenes de Hitler.
La filosofa judío-alemana Hannah Arendt asistió como reportera de la revista The New Yorker al proceso. De ahí surgió su libro más conocido y más discutido hasta el presente, Eichmann en Jerusalén, con el subtítulo Un informe sobre la banalidad del mal. Se publicó primero en 1963 en los EEUU y poco después en Alemania Occidental.
El 11 de diciembre de ese año fue condenado. Cuatro días después se conoció la sentencia: muerte. Sería ahorcado en el penal de Ramla, justo en el centro de Israel, pocos minutos después de la hora cero del 31 de mayo de 1962.
Sus palabras finales fueron: "Dentro de muy poco, caballeros, volveremos a encontrarnos. Tal es el destino de todos los hombres. ¡Viva Alemania! ¡Viva Argentina! ¡Viva Austria! ¡Nunca las olvidaré!".
Su cuerpo fue cremado y las cenizas esparcidas en el mar.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: