El papa Francisco evitó manifestarse este domingo sobre las graves acusaciones vertidas contra él en un texto, según el cual el pontífice habría encubierto durante su mandato la actuación del cardenal estadounidense Theodore McCarrick, acusado públicamente en julio de abusos sexuales.
"No diré ni una palabra sobre eso. Creo que el comunicado habla por sí solo", señaló su santidad, al ser preguntado en el avión que lo llevaba de vuelta a Roma tras su visita a Irlanda.
Un ex embajador del Vaticano en Washington, el arzobispo Carlo Maria Vigano, acusó en una carta abierta publicada este fin de semana al Papa de haber anulado las sanciones contra el cardenal McCarrick y de haber ignorado las advertencias internas sobre el comportamiento de carácter sexual del cardenal con jóvenes seminaristas y párrocos.
"Leí esta mañana ese comunicado", reconoció Francisco a los periodistas que lo acompañaban en el avión, en alusión a la carta. "Lean atentamente el comunicado y juzguen ustedes mismos", indicó.
"Ustedes tienen la capacidad periodística suficiente para sacar conclusiones. Es un acto de confianza. Cuando pase un poco de tiempo y ustedes tengan las conclusiones, quizá hablaré, pero me gustaría que su madurez profesional haga su trabajo. Eso les hará realmente bien", aconsejó a los periodistas.
"La corrupción alcanzó la cima de la jerarquía de la Iglesia", afirmó en su carta Vigano, en la que pide incluso la dimisión del papa Francisco.
Su texto, de once páginas, fue difundido simultáneamente el sábado en varias publicaciones católicas estadounidenses de tendencia tradicionalista o ultraconservadora, así como en un diario italiano de derechas.
La carta se publicó coincidiendo con el segundo día del viaje de Francisco a Irlanda, donde la cuestión de los abusos sexuales en la Iglesia ocupó especialmente el terreno mediático.
Por otro lado, el pontífice aseguró que "sufrió mucho" al hablar el sábado con ocho víctimas irlandesas de abusos sexuales.
El Papa se reunió durante hora y media con víctimas de abusos cometidos por clérigos, religiosos o miembros de instituciones católicas.
Entre estas, su ex consejera sobre abusos pedófilos del clero, la víctima irlandesa Marie Collins, que a los 13 años fue objeto de abusos sexuales por parte de un cura.
"Sufrí mucho. Creo que había que escuchar a esas ocho personas. Y de esta reunión salió la propuesta -que hice yo mismo pero que ellas me ayudaron a hacer- de pedir perdón hoy durante la misa, pero por cosas concretas", explicó.
Francisco se mostró particularmente conmovido por la suerte de chicas no casadas que fueron obligadas masivamente, con la complicidad de instituciones religiosas, a dar en adopción a su hijos.
"Nunca había oído hablar de eso", admitió, refiriéndose a su encuentro con dos personas que fueron adoptadas de forma ilegal.
"Esto fue doloroso para mí", indicó, aunque también destacó el "consuelo de poder ayudar a aclarar las cosas".
Con información de EFE
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