La guerra comercial entre Estados Unidos y China ya grava con aranceles a 100.000 millones de dólares en productos

Enfrascados en una tensa guerra comercial de impacto global, cada país ha establecido tarifas en bienes comerciados por un valor de 50.000 millones, y esto parece ser sólo el principio

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El presidente de Estados Unidos,
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par chino Xi Jinping

El conflicto comercial entre Estados Unidos y China, que desde principios de año ha cargado de ansiedades y preocupaciones a todo el mundo, ingresó este jueves en su segunda etapa con la entrada en vigor de nuevos aranceles a 279 productos chinos impuestos por Washington.

Los bienes afectados, en su mayoría componentes electrónicos y maquinaria industrial, suman un total 16.000 millones de dólares, que a partir de este jueves deberán pagar un arancel del 25% en aduana, según datos de la Oficina del Representantes de Comercio de Estados Unidos.

Casi de inmediato, Beijing contestó con una medida casi idéntica: tarifas del 25% para 333 bienes estadounidenses valuados también en 16.000 milllones de dólares, que incluyen motocicletas Harley Davidson, combustibles y jugo de naranja, entre otros productos.

Este ojo por ojo no es nuevo. Ya se había dado en julio, cuando Estados Unidos implementó su primera tanda de tarifas dirigidas a los productos del gigante asiático.

Infografía: Tomás Orihuela/Germán Padinger
Infografía: Tomás Orihuela/Germán Padinger

En ese momento el arancel de 25% cayó sobre 818 bienes chinos valuados en 36.000 millones de dólares, incluyendo máquinas de lavar, acero, aluminio y alimentos.

Y en el mismo día, China contestó con el mismo arancel sobre 659 productos estadounidenses, principalmente soja, automóviles y whisky, valuados también en 36.000 millones de dólares.

De esta manera, cada país ha establecido barreras al comercio con el otro por un valor de 50.000 millones de dólares, un total nada despreciable de 100.000 millones de dólares afectados, al momento, por la guerra comercial.

El presidente Donald Trump ya había acusado a China en campaña de beneficiarse "injustamente" del comercio con Estados Unidos, y a comienzos de 2018 de este año lanzó su proyecto de establecer tarifas para compensar esta situación, empezando por las máquinas de lavar y los paneles solares, siguiendo luego por el acero y el aluminio y llegando a productos de todo tipo.

De acuerdo a datos de la Oficina del Censo de los Estados Unidos, Trump parecía tener un buen argumento. En 2017 China exportó bienes por 500.000 millones de dólares a Estados Unidos. En el sentido contrario fluyeron productos sólo por 130.000 millones de dólares, un déficit de unos 370.000 millones.

Sin embargo, el prospecto de una guerra comercial prolongada entre las dos principales potencias del mundo ha generado fuertes tensiones en una economía global afectada por la incertidumbre entre los emergentes, el crecimiento de las tasas de la Reserva Federal y una apreciación sostenida del dólar.

Posibles impactos de una guerra comercial

Difícil es también anticipar los efectos locales de las medidas de proteccionismo entre Washington y Beijing. En el caso de los productos chinos, se trata en gran medida de bienes intermedios destinados a la industria estadounidense, que los necesita.

Entre los productos gravados por China hay, en cambio, un mayor número de bienes de consumo, muchos de ellos de lujo, más fácilmente reemplazables. Aunque también figura la soja, oleaginosa esencial para la producción de carne porcina y la alimentación en el país.

El acero, uno de los
El acero, uno de los primeros productos chinos que Estados Unidos buscó arancelar (Reuters)

De acuerdo a economistas citados por la agencia Reuters, los 100.000 millones de dólares en bienes afectados por las tarifas impactarán en una caída del 0,5% del comercio global.

Además, causarán una baja de entre el 0,1 y el 0,3% en el PBI de China en 2018, y un efecto un poco menor en el de Estados Unidos. Pero en 2019 se espera que el impacto sea mayor y que arrastre también a los países involucrados en la cadena global de abastecimiento de ambas economías.

El gobierno de Estados Unidos parece estar más tranquilo con este escenario, en el cual la guerra comercial podría transformarse en un largo conflicto de desgaste.

"Al final del día, tenemos muchas más balas que ellos. Lo saben. Tenemos una economía mucho más fuerte que la que ellos tienen, también saben eso", dijo el miércoles el Secretario de Comercio Wilbur Ross en una entrevista con la cadena CNBC.

Se calcula que los aranceles
Se calcula que los aranceles cruzados podrían causar una caída del 0,5% en el comercio global (Getty)

El prospecto de una guerra comercial relámpago, dañina pero corta y de efectos en el tiempo moderados, quedaría atrás. Por el contrario, Estados Unidos y China parecen estar cavando trincheras.

En este contexto, la  Oficina del Representantes de Comercio estadounidense trabaja en una lista ampliada de productos arancelados que llega a un valor de 200.000 millones de dólares, cuatro veces lo establecido hasta la fecha, y que podrían entrar en rigor en los próximos meses.

Al respecto, China ya ha prometido represalias, promesa que al momento ha cumplido a rajatabla. Y Trump, que no suele echarse atrás cuando es presionando, contestó deslizando la posibilidad de gravar todo las importaciones chinas: 500.000 millones de dólares.

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