Uno de los principales movimientos de Pedro Sánchez, líder socialista del Gobierno de España, en sus primeras semanas al mando fue acoger a más de 600 refugiados rescatados por el Aquarius en el puerto de Valencia "cumpliendo con los compromisos internacionales en materia de crisis humanitarias". Dos meses después, su gobierno cree que España no es el puerto más seguro porque no es el más cercano para albergar a 141 migrantes auxiliados en las costas de Libia.
Cuando Pedro Sánchez aceptó recibir a más de medio millar de migrantes, el puerto de Valencia tampoco era el más cercano. De acuerdo a las leyes de inmigración internacional, España no tenía por qué hacerse cargo de ellos. Al parecer, la situación esta vez es muy diferente, según informaron fuentes cercanas a la Moncloa al diario español El Mundo. En aquel entonces hubo una mayor cantidad de personas, 629, hasta el punto de que el propio Aquarius estaba desbordado. Mientras los mandatarios de la Unión Europea se ponen de acuerdo, la nave permanece en aguas del mediterráneo entre Malta e Italia, dos países que ya rechazaron la opción de acogerlos. De acuerdo a la geolocalización compartida por Sos Méditerranée, el buque está en aguas maltesas.
¿Quién está a bordo del Aquarius?
De los 141 rescatados en las costas de Libia, hay 97 hombres y 44 mujeres, entre ellas una embarazada. Esos números incluyen a 73 menores, de los cuales 67 no van acompañados. Hay dos niños menores de cinco años. Los migrantes proceden de Eritrea, Somalia, Marruecos, Egipto, Camerún, Ghana, Costa de Marfil, Nigeria, Senegal, Togo y Bangladesh. Según SOS Méditerranée, se encuentran estables y les han comunicado su deseo de seguir viajando hacia el norte, en dirección hacia Europa.
¿Cómo reaccionaron los líderes europeos?
Matteo Salvini, ministro del Interior de Italia, fue uno de los primeros en pronunciarse para dejar claro que el Aquarius no tendrá acceso a su país.
Hasta el momento los dedos apuntan a Gran Bretaña, entre ellos el del ministro de Transporte de Italia, Danilo Toninelli, que afirmó en redes que deben hacerse responsables porque el barco navega bajo la bandera de Gibraltar. La operación de salvamento está coordinada por Libia, no por Italia, razón en la que Roma se escudó para no ofrecer asilo a los 141 afectados.
Sin embargo, la decisión final no pertenece a cada región, por lo que por mucho que ofrezcan sus puertos no quiere decir que puedan ser utilizados de manera efectiva. Salvini retó en redes sociales a Luigi De Magistri, compartiendo un artículo en un medio italiano que recogió las declaraciones del alcalde y contestándole de manera directa: "¿Lo pagará él? ¿No hay ciudadanos en apuros en Nápoles, sin hogar ni puestos de trabajo? Para algunos de izquierda es más importante pensar en los inmigrantes que en los italianos".
Asimismo, el presidente del Gobierno de España también encontró discrepancias en la alcaldesa en funciones de Barcelona, Laia Ortiz, que no siguió la línea trazada por Moncloa y ofreció el puerto de la Ciudad Condal. Al igual que en el caso de Italia, la voluntad de Ortiz carece de carácter obligatorio al ser inferior en la pirámide jerárquica. En cualquier caso, la decisión del gobierno de Pedro Sánchez no es totalmente definitiva, puesto que es posible que la situación se dilate en el tiempo y exija cambios de postura en los líderes europeos.
Por su parte, la portavoz de la Comisión Europea, Tove Ernst, adquirió el papel diplomático dejando entrever que la solución se encontrará en los próximos días.
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