Los últimos fueron meses convulsionados para el régimen de Irán. Miles de personas se han manifestado en el marco de la crisis económica que atraviesa el país. Primero fueron integrantes de la sociedad civil que marcharon en Teherán por el aumento del desempleo; luego, comerciantes del Gran Bazar hicieron lo propio ante la inestabilidad de la moneda local (rial iraní) frente al dólar. Y aunque el Ejecutivo intentó reducir las manifestaciones a través de la violencia, esta semana se volvieron a llevar a cabo protestas por el crecimiento de la inflación y la falta de trabajo.
Por segundo día consecutivo, este jueves cientos de personas se congregaron en Isfahan para reprochar a la República Islámica la precaria situación económica. Pero una vez más las fuerzas de seguridad reprimieron con gases lacrimógenos y cañones de agua, según consigna The Jerusalem Post.
Desde el inicio de las protestas a principios de año, en cada manifestación las exigencias son prácticamente las mismas.
En junio, durante la oleada de marchas la sociedad también rechazó la gran inversión militar y financiera que destina el régimen iraní para extender su presencia en Medio Oriente. Actualmente Teherán está involucrado en los conflictos de Siria y Yemen, y mantiene su estrecho apoyo a los grupos terroristas de Hezbollah (Líbano) y Hamas (Palestina).
"Muerte a Palestina", "Ayúdennos, no a Gaza" y "Dejen a Siria sola y lidien con Irán", fueron algunas de las consignas que se escucharon -y se siguen escuchando- en las marchas.
En el marco de esta situación, el Parlamento persa convocó este miércoles al presidente Hassan Rohani para responder a las preguntas de los diputados sobre los problemas económicos del país.
Un total de 92 diputados, de los 290 que componen el Parlamento, solicitaron la comparecencia del mandatario, lo que supone más de la cuarta parte necesaria, explicó el presidente de la Cámara, Ali Lariyaní.
De esta forma, Rohani, bajo gran presión por la crisis económica que atraviesa Irán y por la depreciación de la moneda nacional, deberá comparecer en el hemiciclo en el plazo máximo de un mes.
El presidente persa será interrogado sobre el fracaso del régimen en controlar el desempleo y la subida de los precios, la continuación de las sanciones al sistema bancario, la severa recesión económica y la fuerte caída del valor del rial.
Ante la mala situación económica y la devaluación a más de la mitad del rial, Rohani ha cambiado al presidente del Banco Central y se plantea remodelar el equipo económico de su Ejecutivo.
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