Más de 150 combatientes del grupo extremista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) se entregaron a las fuerzas del gobierno de Afganistán el miércoles ante una ofensiva talibán en la provincia de Jawzjan, en el norte del país, según funcionarios.
Habib-ul Rahman, un alto mando de la milicia radical en el norte de Afganistán, estaba entre los 152 combatientes que se rindieron, explicó el general Faqir Mohammad Jawzjani, jefe de la policía de la provincia. Los extremistas se entregaron luego de que los talibanes movilizasen refuerzos hasta dos distritos en las últimas semanas, apuntó Abdul Hai Hayat, jefe del consejo provincial.
Tanto los talibanes como el Estado Islámico luchan para derrocar al gobierno de Kabul, respaldado por Occidente, e imponer una versión estricta de la ley islámica, pero están enfrentados por el liderazgo, la ideología y las tácticas. Los talibanes dijeron en un comunicado que mataron a docenas de combatientes del Estado Islámico y capturaron a más de 130 en Jawzjan, en una ofensiva que dejó 17 talibanes muertos y 13 heridos.
Por otra parte, la Misión de Naciones Unidas en Afganistán, dijo que entre las 15 víctimas mortales de un atentado coordinado contra un centro de refugiados y repatriaciones en Jalalabad había una empleada de la Organización Internacional para las Migraciones. El organismo internacional condenó el ataque de la víspera en la ciudad oriental, que dejó además 15 heridos.
Según la ONU, la fallecida era una mujer de 22 años que se había quedado viuda en un atentado perpetrado tres años antes en Kabul. Su hija de seis años está "ahora huérfana", agregó.
Ningún grupo se atribuyó la autoría del ataque del martes, pero tanto los talibanes como el Estado Islámico llevan a cabo ataques casi a diario en la provincia de Nangarhar, de la que Jalalabad es su capital.
Con información de AP
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