Una enorme tormenta de arena barrió este miércoles por la ciudad china de Golmu, tornando de amarillo el horizonte y oscureciendo el cielo en una imagen que parecía sacada de un relato bíblico.
El fenómeno se produjo al atardecer, cuando la ciudad se vio envuelta de polvo y arena en cuestión de minutos. La visibilidad apenas alcanzaba los 100 metros. Los vehículos dudaban en avanzar ya que, aún con las luces altas, no lograban distinguir con claridad lo que se avecinaba.
La tormenta se acercó a la urbe como si fuese una montaña desplazándose de forma amenazante. Sin embargo, las condiciones no causaron víctimas ni daños materiales de consideración.
La policía desplegó un operativo de tránsito con patrulleros que inspeccionaban las zonas con más circulación y las intersecciones más importantes. No se registraron accidentes vehiculares.
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