Mariia Butina, la presunta espía rusa detenida en Estados Unidos, tenía aún más contactos con funcionarios estadounidenses de alto nivel de los que se pensaba, indicó este domingo un reporte de la agencia Reuters.
La estudiante de Relaciones Internacionales habría tenido varias reuniones con dos personalidades de alto rango dentro de la Reserva Federal y del Departamento del Tesoro de Estados Unidos en 2015, cuando trabajó como asesora del subdirector del Banco Central de Rusia, Alexander Torshin.
Se trata de Stanley Fischer, vicepresidente de la Reserva Federal en ese entonces, y Nathan Sheets, subsecretario de Asuntos Internacionales en el Tesoro, quienes mantuvieron encuentros con Torshin y Butina sobre las relaciones económicas entre Rusia y Estados Unidos durante el gobierno del presidente demócrata Barack Obama.
Las reuniones fueron confirmadas por Fischer, fuentes cercanas a ambas partes y el Centro para el Interés Nacional (Center for the National Interest), el think tank con base en Washington que las organizó, señaló Reuters.
"Recuerdo que el señor Torshin mencionó que estaba planeando asistir a un encuentro de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), un hecho que consideré irrelevante para nuestra conversación", dijo Fischer.
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A pesar de que el vínculo laboral entre Butina y Torshin, un político y empresario cercano al presidente ruso Vladimir Putin que ha sido blanco de sanciones de Estados Unidos, ya había sido reportado, no se tenía conocimiento de este encuentro con Fischer y Sheets.
Butina fue arrestada el lunes en Washington y dos días después se la acusó formalmente de conspiración para actuar como agente no registrada del gobierno ruso. También se le denegó la fianza por temor a que escape, y por lo que espera su juicio bajo arresto.
La joven de 29 años había llegado al país en 2016, luego de dejar de trabajar para Torshin, con el objetivo de estudiar una Maestría en Relaciones Internacionales en la American University, de la cual aparentemente se graduó.
Pero en ese tiempo Butin también se vinculó con miembros del gobernante Partido Republicano y se infiltró en las reuniones de la NRA, un grupo de presión conservador que defiende la tenencia de armas.
Por esta razón cayó en la mira del FBI, que realizó la investigación que luego acabó en su arresto.
Rusia negó las acusaciones que cayeron sobre Butina, a las que consideró de "inaceptables" y creadas en el marco de una "histeria antirrusa". "Es necesario liberarla lo antes posible", dijo por teléfono el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, a su homólogo estadounidense, Mike Pompeo.
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