A más de 5.000 kilómetros de las trincheras y los campos de batalla del Frente Occidental, donde millones habían ya muerto en lo que luego se conocería como la Primera Guerra Mundial, los residentes de Orleans, en Masssachusetts, Estados Unidos, estaban disfrutando una mañana veraniega en la playa el 21 de julio de 1918, hace exactamente 100 años.
Entonces, entre la bruma emergió el submarino alemán U-156 y llevó por primera vez al conflicto internacional a suelo estadounidense, iniciando un un breve ataque sobre este pequeño pueblo de unos 5.000 habitantes en las afueras de Boston.
Los primeros proyectiles de 150 mm de los cañones que el U-Boat (forma en inglés de Unterseeboote) utilizaba a la par de sus torpedos comenzaron a caer sobre suelo de Orleans a las 10:30 am, marcando el primer bombardeo de una potencia extranjera sobre suelo estadounidense en más de 100 años.
El país había entrado en la guerra hacía casi un año atrás, el 6 de abril de 1917, debido precisamente a la campaña submarina irrestricta de Alemania, por la cual numerosos barcos mercantes estadounidenses habían sido hundidos, así como también por la oferta de alianza de Berlín hacia México con la promesa de recuperar territorios perdidos.
Pero lo cierto es que la participación contundente de Estados Unidos en el esfuerzo bélico aliado acababa de comenzar en marzo de 1918 y durante la última ofensiva alemana de la guerra, la llamada Ofensiva de Primavera.
"No recuerdo si fue el sonido de los disparos o de mis pies golpeando el suelo", contaba el fallecido Ruben Hopkins, que entonces y con 22 años trabajaba de guardavidas en la estación 40° de Orleans, en una grabación citada por la agencia estadounidense AP. "Pero salté de mi camastro en segundos", agregó.
Hasta el día de hoy no queda claro por qué el U-156, un avanzado submarino tipo 151 utilizado por la Marina Imperial alemana para perseguir barcos mercantes en todos los mares del mundo, decidió bombardear un blanco que no tenía ningún valor estratégico ni militar.
Y aunque los ataques a la marina mercante aliada buscaban también generar temor, además de generar efectos económicos, la idea de que el U-156 se acercara tanto a la costa de Orleans sólo para eso parece descabellada debido al tremendo riesgo.
Una teoría sostiene, en cambio, que el submarino del capitán Richard Feldt estaba buscando cortar el cable submarino de comunicación que conectaba Francia, y toda Europa, a través de Orleans.
Pero de cualquier manera, en esa mañana el remolcador Perth Amboy arrastraba cuatro barcazas en ruta alrededor de Cape Cod y se convirtió en un blanco de oportunidad para Feldt.
Mirando desde la torre de guardavidas, Hopkins dijo que podía ver "la silueta clara del submarino" mientras realizaba su ataque al pequeño buque.
"Vi como se levantaba el agua por la caída de proyectiles justo al lado del remolcador", contó.
En un momento el Perth Amboy recibió un disparo director en la cabina, y dos miembros de la tripulación resultaron gravemente heridos. Entonces el U-156 comenzó a disparar a las barcazas, hundiendo tres de ellas.
Aprovechando este cambio de blancos, los guardavidas tomaron un bote y se lanzaron a rescatar a los 32 miembros de la tripulación del remolcador recordando su lema: "Tienes que salir, pero no necesitas volver".
Los residentes de Orleans, alertados por los ruidos de la batalla, comenzaron a llegar a la playa Nauset para ver qué estaba pasando. Pero la mayoría de ellos salieron corriendo cuando comenzaron a caer los primeros proyectiles en tierra.
El Dr. Danforth Taylor, que estaba visitando a su hija en la región, inmediatamente buscó un teléfono para llamar al periódico The Boston Globe, que al día siguiente llevó, junto a otros periódicos, el ataque a lo más alto de su portada.
La primera reacción defensiva provino de la Estación Aérea de la Marina de Estados Unidos en Chatham, uno pocos kilómetros al sur de Orleans. Como la tripulación del Perth Amboy ya estaba siendo evacuada por los guardavidas, se ordenó al insignia Eric Lingard que despegara en su hidroavión HS-1L para realizar un ataque sobre el U-156.
Sus bombardeos tuvieron, sin embargo, escaso éxito.
"No pude ver que le lanzara nada. Parecía que estaba intentando asustar al submarino con sus pasadas, y el submarino no estaba asustado", recordó Hopkins.
Un segundo hidroavión R-9, también despachado a la zona, hizo una pasada a 150 metros y lanzó sus bombas. Una de ellas golpeó al submarino, pero no explotó.
En ese momento y en medio de la presión, el U-156 del capitán Feldt se sumergió y desapareció rápidamente.
El ataque había durado menos de una hora. Como saldo, el Perth Amboy estaba seriamente dañado, aunque seguía a flote, y tres de las cuatro barcazas fueron hundidas. El submarino no sufrió daños.
Afortunadamente no se reportaron muertes, pero tres de los tripulantes sufrieron heridas serias y fueron internados en un hospital en Boston.
Feldt siguió comandando el U-156 y continuó su campaña en la costa de Terranova, Canadá, donde hundió 28 pesqueros, un buque petrolero y un remolcador, antes de emprender la vuelta a Alemania.
Pero en ese fatídico viaje de vuelta, dos meses antes del armisticio que el 11 de noviembre de 1918 puso fin a la guerra comenzada en agosto de 1914, el U-156 desapareció tras reportar que estaba a punto de atravesar un inmenso campo de minas en el Mar del Norte, entre Gran Bretaña y Noruega.
Nunca se encontró su naufragio ni se supo exactamente qué pasó, pero se especula que golpeó una mina que le provocó un daño catastrófico, causando la muerte de sus 77 tripulantes.
Tampoco el piloto Lingard llegó a ver el armisticio, ya que murió de neumonía do meses antes del fin de la guerra, como recuerda la agencia AP.
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