Los problemáticos nuevos submarinos S-80 Plus de la Armada Española, cuyo desarrollo comenzó en 2005 por un costo acumulado de casi 4.000 millones de euros (unos 4.650 millones de dólares), se han encontrado con un nuevo problema al no caber en la base de la marina de Cartagena, informó este miércoles el periódico El País.
En consecuencia, las fosas de atraque en esta instalación navales en Murcia deberán se ampliadas por un costo extra de 16 millones de euros (18 millones de dólares) para alojar a los cuatro buques, el primero de los cuales se espera que entre en servicio en 2022.
El obstáculo inesperado proviene de un problema anterior en el desarrollo, cuando en 2013 se supo que por su excesivo peso los S-80 no iban a poder flotar.
Por esta razón debió ampliarse su eslora (largo) en 10 metros y su desplazamiento en 800 toneladas. Los resultantes S-80 Plus, ahora teóricamente aptos para flotar, son demasiado grandes para la infraestructura existente.
El presupuesto inicial para la construcción de los buques por parte de la empresa española Navania, también ubicada en Cartagena, contaba con 2.132 millones de euros. En los próximos días se espera que el gobierno español eleve el techo del gasto en 1.772 millones de euros en el marco de estos inconvenientes, indicó El País.
Por tanto, el costo total podría superar los 3.900 millones de euros (4.500 millones de dólares) por los cuatro submarinos, el doble de lo esperado al comienzo del desarrollo.
La aprobación de esta suba ha quedado en manos del nuevo presidente del gobierno, Pedro Sánchez, y su ministra de Defensa Margarita Robles, aunque el plan de modificación de los costos del S-80 fue elaborado por el anterior Ministerio de Defensa.
Si no se aprueba de urgencia, el proyecto podría paralizarse en septiembre y aumentar los retrasos.
El error de cálculo sobre el peso, un exceso de 125 toneladas que comprometía la flotabilidad de los submarinos, fue descubierto en 2013, un año después de la fecha inicial de entrega del primero.
Tras una serie de estudios, que incluyeron el trabajo de la consultora estadounidense General Electric Boat, se concluyó que era necesario alargar el buque de 10 metros para mejorar el equilibrio.
De esta forma, el submarino inicial de 71 metros de eslora y 2.200 toneladas de desplazamiento pasó a medir 80,81 metros y desplazar hasta 3.000 toneladas.
Y se le cambió el nombre a S-80 Plus.
Entonces surgieron los problemas en la base naval de Cartagena, donde las fosas de atraque tiene una extensión máxima de sólo 78 metros, por lo que será necesario dragar y alargar esta infraestructura.
Pero este no es el único obstáculo.
Un avanzado y problemático motor
El aspecto más novedoso de los S-80 Plus es su avanzado sistema de propulsión independiente del aire (AIP), que utiliza bioetanol en lugar de combustibles fósiles para operar sus motores y cargar las baterías del submarino.
Con este sistema los buques contarán con mayor autonomía e independencia que con un motor diésel convencional, aunque no tanta como la generada por la propulsión nuclear. En concreto, podrán permanecer hasta dos semanas bajo el agua, operando con baterías.
El AIP, fabricado por las firmas españolas Técnicas Reunidas y Abengoa, sufrió numerosos retrasos y problemas durante el desarrollo y surgieron dudas sobre su eficacia.
Fuentes militares aseguran que tras los fracasos iniciales finalmente el sistema está en camino, indicó El País, aunque lo cierto es que, para evitar más retrasos en los submarinos, ya se decidió que los dos primeros buques de la serie monten motores diésel convencionales y, más adelante, reciban la mejora al AIP.
Para muchos expertos, el correcto funcionamiento de este novedoso sistema de propulsión es la diferencia entre el éxito y el fracaso de todo el proyecto.
Con el AIP los S-80 Plus serán submarinos de vanguardia con altas prestaciones. Sin el AIP, serán simples submarinos diésel demasiado grandes y excesivamente caros, en especial frente a los U-214 alemanes existentes en el mercado.
En su versión final los nuevos buques españoles tendrán un desplazamiento cercano a las 3.000 toneladas, con una eslora de 80,85 metros, un calado (superficie bajo el agua) de 6,02 metros y una manga (ancho) de 11,68 metros.
Su velocidad máxima en superficie será de 12 nudos (22 kilómetros por hora) en superficie y de 20 (37 kilómetros por hora) bajo el agua En tanto la tripulación constará de 3 oficiales, 4 suboficiales, 25 marineros y 8 soldados de las Fuerzas Especiales.
El primer submarino de la serie, el S-81 Isaac Peral, será botado en 2022, mientras que el seguno S-82 Narciso Monturiol llegará en 2024.
El S-83 Cosme García, el primro que llevará el AIP desde el inicio, entraría en servicio en el 2026. Mientras que el S-84 Mateo García de los Reyes llegará en 2027.
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