La Hidra Dorada extiende sus múltiples tentáculos por entre los recovecos de la Triple Frontera argentino-paraguaya-brasileña. Por allí entran y operan las cabezas de organizaciones delictivas y terroristas trasnacionales sin que se pueda distinguir a unas de otras.
Las bandas criminales del narcotráfico como el Comando Vermelho de Brasil o el mexicano Cartel de Sinaloa se entremezclan con las redes de financiación del Hezbollah libanés y el Hamas palestino.
"La Triple Frontera se ha convertido en un mini estado que beneficia a una élite corrupta mientras mantiene un centro de lavado de dinero grande y eficiente para el crimen organizado y los grupos terroristas, no solo en la región sino en todo el mundo, produciendo unos 43.000 millones de dólares al año", es la conclusión del exhaustivo informe de Asymetrica y el Proyecto Contra el Terrorismo*.
Las actividades de estos grupos delictivos se conocen desde hace 40 años cuando una política migratoria abierta permitió instalarse en esa zona a inmigrantes de varios países de Oriente Medio. Y tomaron notoriedad cuando se descubrió que desde allí operaron y fueron financiados los comandos relacionados con el Hezbollah, el Partido de Dios shiíta libanés de fuertes vínculos con los sectores más extremistas de los guardias revolucionarios de Irán, que participaron de los dos graves atentados contra la embajada de Israel en Buenos Aires y la sede de la mutual judía AMIA en 1992 y 1994.
Ahora, por primera vez, el gobierno argentino tomó una medida concreta contra una de las "cabezas" más peligrosas de este entramado: congeló bienes y dinero del denominado Clan Barakat, con operaciones paralelas en El Líbano y la Triple Frontera.
La Unidad de Información Financiera (UIF) de Argentina recopiló la información y remitió los alertas a unos 50 bancos, casinos, casas de cambio y financieras de todo el mundo para reconstruir el entramado de "lavado de activos relacionados con el crimen organizado o el financiamiento del terrorismo".
Entre otros movimientos, los miembros del clan habrían cobrado en un casino de Iguazú supuestos premios por más de 10 millones de dólares y que no habían declarado el ingreso ni el egreso de esos fondos al cruzar la frontera. El informe tuvo el apoyo de la Office of Foreign Assets Control (OFAC), del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
El Clan Barakat está liderado por Assad Ahmad Barakat y mueve sus negocios entre los tres países. Su centro de operaciones es la ex galería Page, ahora galería Uniamérica, de la paraguaya Ciudad del Este. De acuerdo al informe de la UIF, el clan está involucrado con "delitos de contrabando, falsificación de dinero y documentos, extorsión, tráfico de estupefacientes, tráfico de armas, lavado de activos y financiamiento del terrorismo".
Assad Barakat nació en Beirut en 1973. Su padre, chofer de uno de los políticos libaneses más destacados, lo sacó a él y al resto de la familia de entre los escombros dejados por los bombardeos de la guerra civil en ese país y los instaló en Ciudad del Este.
Al poco tiempo, el clan comenzó a operar con una empresa dedicada a los aparatos electrónicos denominada Apollo Import Export. Luego, crearon Mondial Engineering and Construction con oficinas en Ciudad del Este y Beirut.
Assad Barakat ya era el presidente de la compañía. En 1994 el Terrorist Finance Tracking del Tesoro de Estados Unidos lo vinculó directamente con el financiamiento del atentado contra la AMIA. Y poco después se descubrió que era uno de los líderes de una organización que falsificaba dólares y los hacía circular por la Triple Frontera. Fue encarcelado junto a otros nueve "hombres de negocios". Fue liberado en 2009 y su paradero es actualmente desconocido.
Uno de sus socios es Sobhi Mahmoud Fayad, que llegó a Ciudad del Este desde El Líbano a mediados de la década del 90. La policía paraguaya lo arrestó en 1999 cuando estaba haciendo una tarea de vigilancia frente a la embajada de Estados Unidos en Asunción. Era parte de una red que planificaba un atentado. Cooperó en la investigación y dio datos sustanciales en los interrogatorios de los agentes de la CIA. Lo liberaron un año más tarde.
Después se descubrió que Fayad envió al menos 3,5 millones de dólares a la Organización de Mártires de Hezbollah (al-Shahid), por lo que recibió una carta de agradecimiento del comandante supremo Sayyed Hassan Nasrallah.
El Departamento Antiterrorista de la Policía Nacional paraguaya (DAT) cree que Sobhi Fayad, Assad Barakat y Ali Hassan Abdallah fueron los tres principales recaudadores de fondos de Hezbollah asignados a la región. El Comité contra el Terrorismo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas cree que el clan recauda más de 200 millones de dólares al año para enviarlos a Beirut.
Otro personaje importante del clan es Ali Khalil Mehri, un libanés naturalizado paraguayo, residente en Ciudad del Este. Mehri fue acusado por la policía paraguaya de vender millones de dólares en software falsificado y canalizar las ganancias al Hezbollah y sus organizaciones paralelas al-Muqawama y al-Shahid.
También produjo varias películas de propaganda para el Partido de Dios. Mehri se fugó en el 2000 y se cree que murió 15 años más tarde en la guerra civil siria mientras comandaba un grupo de asalto del Hezbollah.
También están los vínculos directos con el narcotráfico. En esa lista de implicados aparece Ayman Joumaa, un libanés-colombiano, vinculado al cártel mexicano de Los Zetas, que lavó por años decenas de millones de dólares a través de varias empresas fantasmas de la Triple Frontera.
Los informes vinculan a este grupo al ex vicepresidente del régimen chavista de Venezuela, Tareck el-Aissami, quien habría organizado la triangulación del lavado entre Beirut, Ciudad del Este y Caracas.
Entre medio se cuela otro negocio muy remunerativo y que oculta las maniobras de financiamiento ilícito como es el de la falsificación de cigarrillos. En este caso aparecen vinculadas directamente las más altas autoridades del gobierno paraguayo. De acuerdo al informe del Comité contra el Terrorismo la mayor marca ilícita es propiedad del presidente saliente Horacio Cartés. Los comerciantes libaneses en Ciudad del Este y Foz do Iguaçu mueven el tabaco al otro lado de la frontera y manejan su distribución regional.
Los negocios del contrabando de electrónicos chinos y falsificaciones, drogas y lavado de dinero, así como el de los cigarrillos, forman parte del mismo entramado de corrupción y financiamiento.
A pesar de toda la información en su contra, el clan Barakat sigue operando sin mayores restricciones en los países de esta Triple Frontera. En junio pasado se desbarató un negocio que había comenzado en octubre del 2012 por el que los poderosos "empresarios" iban a quedarse con el estratégico aeropuerto municipal de Capitán Bado, en territorio paraguayo y muy cerca de la frontera con Brasil.
En una maniobra fraudulenta, el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert) de Paraguay adjudicó el predio por apenas 5 millones de guaraníes (menos de 1.000 dólares) a Alí Hatem Barakat, un joven de 24 años, sobrino de Assad Barakat.
En la maniobra estuvo implicado el entonces presidente del Indert, Luis Ortigoza, que entregó las nueve hectáreas donde se encuentra la pista ripiada de 1.100 metros en la que pueden aterrizar las avionetas como las que diariamente transportan cocaína desde Bolivia hacia Argentina. El predio está ubicado a metros de la frontera seca con Brasil y sobre la ruta que une Capitan Bado con la ciudad de Pedro Juan Caballero.
Según los datos de la causa, Alí Hatem Barakat nació en Ciudad del Este el 13 de enero de 1990. En la solicitud de compra del lote CH-92 se declaró "agricultor con cinco años de ocupación del inmueble". Pero en su perfil de Facebook asegura que reside en Santiago de Chile y viaja permanentemente a Foz de Yguazú. Por las fotos se puede ver que Alí Hatem lleva una vida mucho más acomodada que la de un pequeño agricultor. Es hijo de Hatem Barakat, hermano de Assad, quien vive actualmente en Iquique, Chile, donde se dedica al comercio en la zona franca de esa ciudad.
Según el portal de la embajada estadounidense en Asunción, Hatem fue investigado por la Interpol de Buenos Aires por su vinculación con células del Hezbollah. Un tercer hermano del clan es Hamze Ahmad Barakat, también comerciante, que fue detenido en mayo pasado en Curitiba, Brasil, acusado de perpetrar una millonaria estafa.
Como marca la leyenda, cada vez que a la Hidra Dorada se le corta una cabeza le crecen de inmediato otras tres.
* Aclaración: El Proyecto Contra el Terrorismo no está financiado directamente por el Consejo de Seguridad de la ONU como se había informado en una versión anterior.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: