El ministro británico del Brexit, Dominic Raab, presentó este jueves el esperado "libro blanco" del Brexit sobre las relaciones futuras con la Unión Europea que provocó dimisiones en el gobierno de Theresa May.
En un prólogo al documento, que prevé plantear a Bruselas la creación de un área de libre comercio para bienes, May dijo que la consecución del acuerdo "requiere pragmatismo y compromiso de ambas partes".
Antes de la publicación, Raab había dicho que el plan que se remitirá a Bruselas plantea una asociación económica "sin precedentes".
Raab, que asumió la cartera esta semana tras la dimisión de David Davis por desacuerdos con la estrategia oficial, adelantó que la propuesta prevé mantener intactas las "cadenas de suministro profundamente integradas entre el Reino Unido y la UE".
El plan "mantendría un comercio de bienes sin fricciones" entre este país y los Veintisiete y evitaría una "frontera dura" con la República de Irlanda, describió Raab.
Al mismo tiempo, "sacará al Reino Unido del mercado único y la unión aduanera" y otorgará a Londres "la flexibilidad que necesita para firmar nuevos acuerdos comerciales en todo el mundo", demandas de los partidarios de un "brexit" duro, agregó el ministro.
El plan, que esencialmente plantea un mercado común de bienes con la UE, con equivalencia regulatoria, fue acordado por el gabinete de la primera ministra, Theresa May, el pasado viernes en su residencia oficial de Chequers, al noroeste de Londres, si bien poco después dos ministros dimitieron por desacuerdos: Davis y el entonces titular de Exteriores, Boris Johnson.
El negociador jefe de la UE, Michel Barnier, ha dicho por su parte que esperará a leer el libro blanco para decidir si la propuesta británica es "viable y realista".
Barnier ha insistido también en que protegerá en las negociaciones la "integridad del mercado interior" y "la indivisibilidad de las cuatro libertades" de circulación de personas, bienes, capitales y servicios.
La respuesta de Bruselas será clave para determinar la evolución del Gobierno británico, que podría afrontar otra crisis interna si vuelven a estancarse las negociaciones.
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