Dos narcotraficantes fueron condenados a muerte este martes en China. Lo que resulta más llamativo del caso visto con ojos occidentales no es tanto lo extremo de la pena como la manera en la que fue comunicada.
La Corte local de Qiongshan y la Corte Intermedia del Pueblo organizaron un evento en un campo deportivo de Haikou, en la provincia de Hainan, para leer el veredicto ante unas 300 personas.
Primero exhibieron a los criminales, Cai Liqun, de 39 años, y Huang Zhengye, de 36. Uno fue declarado culpable de vender metanfetamina y magu, una droga sintética muy popular en China. El otro fue encontrado culpable de transportar y vender metanfetamina.
Luego, una de las magistradas del tribunal se paró ante la multitud y leyó la sentencia. "Ahora, anuncio que Cai Liqun y Huang Zheny serán trasladados al campo de ejecución, donde serán fusilados", dijo.
Algunos miembros del público, entre los que había muchos niños y estudiantes, aplaudieron. Estos actos en los que se muestra a los condenados y se celebran las sentencias forman parte de una estrategia comunicacional de la Justicia china, que busca infundir miedo en la población para combatir el narcotráfico.
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