Los acreedores europeos de Grecia acordaron al filo de la medianoche reestructurar la elevada deuda helena y su salida de una odisea de casi una década de rescates, aunque sus ojos continuarán puestos sobre Atenas para vigilar el cumplimiento de sus compromisos.
"Para Grecia, ocho años de esfuerzos y sacrificios terminan y un nuevo capítulo se abre. Para la zona euro, la conclusión del programa pone un punto final simbólico a una crisis existencial para la moneda única", resumió el comisario europeo de Asuntos Financieros, Pierre Moscovici.
Durante una reunión del Eurogrupo en Luxemburgo y unas seis horas de discusiones sobre Grecia, los 19 ministros de Finanzas de la zona euro lograron ponerse de acuerdo sobre cómo aliviar la deuda griega (cerca del 180% del PIB), de cara a su regreso a los mercados a partir del 20 de agosto.
Los europeos querían mostrar para entonces la sostenibilidad de la economía helena tras años de duras reformas, durante los cuales "Grecia respondió a las demandas" de sus acreedores, en palabras del ministro francés Bruno Le Maire, para quien "el problema de la deuda griega quedó atrás".
En 2010, Grecia, que estuvo a punto de salir del euro cinco años después, no pudo seguir financiándose en los mercados internacionales y tuvo que recurrir a la financiación de sus socios europeos y del Fondo Monetario Internacional (FMI), a cambio de un duro plan de austeridad.
El ministro heleno de Finanzas, Euclides Tsakalotos, dijo estar "feliz" por el acuerdo y por una deuda "que ahora es viable", pero precisó que su gobierno liderado por Alexis Tsipras "nunca olvidará lo que el pueblo griego tuvo que pasar durante esos ocho años" de rescates y reformas.
El crash financiero mundial de 2008 se transformó en una crisis de la deuda en el bloque europeo, que impactó especialmente en los países del sur de Europa, como Grecia, Chipre, España o Portugal, y cuyas consecuencias todavía se sienten.
A pesar de un crecimiento del 1,4% del PIB en 2017 y un 1,9% estimado para este año, y un excedente presupuestario del 0,8% (-15,1% en 2009), Grecia sigue manteniendo el nivel de deuda más elevado de la Eurozona y de desempleo (20,8%, en febrero).
Tras la odisea, ¿ahora qué?
Tras horas de conversaciones, por momentos complicadas por las "dificultades" de Alemania, según varias fuentes, los europeos prolongaron finalmente 10 años más, hasta más allá de 2060, los vencimientos de los préstamos acordados a Grecia.
Además, Atenas empezará a reembolsar una gran parte de su deuda a partir de 2032, tras obtener un período de gracia de 10 años por parte de sus acreedores que, desde 2010, han desembolsado más de 273.000 millones de euros mientras este país mediterráneo saneaba sus finanzas públicas y reformaba su mercado de trabajo, sus pensiones…
Y, para reforzar la credibilidad de Grecia de cara a su regreso a los mercados, sus acreedores conformaron un colchón financiero de 24.000 millones de euros del que dispondrá durante los 22 meses siguientes a su salida del tercer y último programa de rescate.
Los ojos de los famosos 'hombres de negro' continuarán puestos sobre Grecia hasta 2022 para vigilar que sigue cumpliendo con sus compromisos y no se aleja de la ruta marcada, aunque esto no significa, según Pierre Moscovici, "un nuevo programa [de rescate] disfrazado".
Los europeos revisarán en 2032 la situación de la deuda griega, y tomarán nuevas medidas de alivio si fuera necesario, y el FMI, que rompió con sus acciones precedentes y no participó en el tercer y último programa de rescate, seguirá implicado en la vigilancia post-programa.
La directora general del organismo financiero con sede en Washington, Christine Lagarde, que participó en la reunión en Luxemburgo, aprovechó para expresar su confianza en que Grecia podrá acceder a los mercados "a medio plazo", aunque expresó sus "reservas" sobre el "largo plazo".
El Eurogrupo, que celebra el 20º aniversario de su creación destacando su "compromiso" en el pasado para "resistir la peor crisis financiera y económica desde la Gran Depresión", debatió también las propuestas francoalemanas sobre su porvenir.
Y su primer presidente, el actual titular de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, celebró en Twitter el acuerdo, rindiendo un "homenaje al pueblo griego por su resistencia y su compromiso europeo" y cuyos "esfuerzos no fueron en vano".
(Con información de AFP)
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