El miércoles la ONU acusó a las fuerzas sirias y a los grupos rebeldes de haber cometido "crímenes de guerra y contra la Humanidad" durante el asedio y la reciente batalla final por el control de Guta Oriental, antiguo feudo opositor en las afueras de Damasco, pero no se pronunció con la misma determinación sobre los ataques con armas químicas del régimen de Bashar al Assad, ya que "no contar con suficiente material probatorio".
El asedio sobre esta región en las afueras de Damasco duró cinco años, de 2013 a 2018, y fue "el más largo de la historia moderna", recalcó la Comisión Internacional de Investigación de la ONU para Siria en su informe sobre los crímenes cometidos en esta región siria.
Durante este período los ataques con armas químicas como el sarín y el gas cloro por parte del Gobierno fueron reportados numerosas veces por agrupaciones humanitarias y un equipo de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) está investigando en el lugar.
El periódico The New York Times tuvo acceso al informe previo de la denuncia y reveló que este presenta los terribles detalles de una serie de ataques químicos solo en este año, pero que fueron dejados de lado en la versión final.
Hanny Megally, abogado egipcio especializado en Derechos Humanos y miembro de la comisión investigadora, afirmó ante el periódico que no hubo presión externa para aplicar esta edición y que se debió al hecho de que hacen falta una mayor corroboración y clarificación de los hechos, y que eso podría publicarse en septiembre.
El texto omitido describe además al menos dos ataques realizados por las fuerzas sirias en los que por primera vez se habrían usado proyectiles de artillería fabricados por Irán y cargados con gas cloro, una sustancia que provoca la muerte por asfixia.
En otra ocasión las fuerzas progobierno lanzaron una "bomba barril" también cargada de armas químicas sobre un edificio residencial, matando a 49 personas, incluyendo 11 niños. Las cruentas imágenes de este episodio recorrieron el mundo.
"En uno de los patrones de ataque más siniestros documentados durante el período estudiado, las fuerzas del Gobierno y sus milicias leales continuaron usando armas químicas en áreas densamente pobladas por civiles en todo Guta Oriental", dice un fragmento del texto, luego editado.
En total, el reporte de la ONU documenta seis ataques con armas químicas entre enero y abril de 2018, en la etapa final del asedio. Y por primera vez se registró el uso de proyectiles fabricados por Irán.
Proyectiles provistos por Irán
Tras masacrar a cientos de civiles con cloro, mostaza y sarín en los primeros años de la guerra civil, el Gobierno sirio debió aceptar la entrega y destrucción de su sofisticado arsenal químico en 2014 debido a la presión de las comunidad internacional.
Pero lejos de desistir, al poco tiempo Damasco volvió a utilizar estas armas para atacar a los rebeldes, por lo general valiéndose de las improvisadas "bombas barril" (especie de bombonas cargadas de gas letal y dejadas caer desde un helicóptero) y el fácilmente fabricable gas cloro.
Pero el informe probaría que, una vez más, Damasco se habría hecho de proyectiles más avanzados esta vez provistos por Irán, así como también sustancias más letales.
"En relación con las municiones utilizadas el 22 de enero y el 1 febrero, la comisión identificó cohetes tierra-tierra. Si bien estos proyectiles han sido utilizados por numerosos actores en toda Siria, este diseño particular observado en los dos ataques pertenece solo a las fuerzas del régimen y, en ocasiones, a sus milicias aliadas. Específicamente, estos cohetes son de fabricación iraní y se sabe que han sido provistos al Gobierno sirio", explica el informe.
Síntomas del uso de cloro, pero también de agentes nerviosos
En algunos de los primeros ataques el gas cloro, fácilmente identificable por el olor, fue detectado a tiempo y los civiles pudieron evacuar sus hogares llevándose paños húmedos a la boca, medida que suele tomarse contra los bombardeos con estas armas químicas.
En incidentes posteriores tuvo que lamentarse la muerte de dos niños y decenas de heridos. Pero lo peor estaba por llegar.
El 7 de abril, luego de que fracasaran las negociaciones entre Rusia, aliada del régimen sirio, y la milicia Jaish al Islam, que controlaba Guta Oriental, un "cilindro industrial de gas" fue lanzado sobre la terraza del piso superior de un edificio de departamentos, diseminando su contenido "rápidamente" por el lugar.
De acuerdo con el informe de la ONU murieron 49 civiles, incluyendo 11 niños, aunque reportes de organizaciones humanitarias en el lugar hablan de al menos 70 junto a 500 heridos. Pero sea cual fuera el número, todos mostraban los signos típicos del uso de armas químicas: espuma en la boca y nariz, piel azul por el bloqueo de la circulación, constricción de las pupilas y también dilatación.
¿Pero por qué esta información no fue presentada el miércoles en el informe final?
"Si no estamos seguros de la causa de la muerte, quizás estemos viendo en el lugar equivocado. Es mejor que terminemos la investigación, en lugar de divulgarla de pedazos", explicó Megally.
En concreto, algunos de los síntomas hallados en los cadáveres corresponden al uso de un agente asfixiante como el cloro, pero otros, como la espuma, apuntan también a la presencia de agentes nerviosos como el sarín, que produce la muerte por parálisis.
El informe final, que omite detalles, se refiere a las investigaciones en curso muy brevemente explicando que el equipo "aún no obtiene evidencias suficiente para concluir el tipo de arma usada".
"Si bien las circunstancias del ataque son consistentes con el uso de cloro, los síntomas corresponden a otro agente químico, probablemente gas nervioso", indica el texto final.
Aún queda la investigación de la OPAQ
El gobierno sirio y sus aliados rusos negaron el uso de armas químicas durante el ataque ocurrido el 7 de abril, el cual generó una ola internacional de repudio por las imágenes de los niños muertos.
Imágenes que, de acuerdo con Damasco y Moscú, estaban "montadas".
La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) debe aún presentar su informe al respecto, después de haber recogido material y datos en la localidad y habiendo enviado las muestras a sus laboratorios y a otros para dos análisis distintos.
En respuesta a este ataque, los Estados Unidos, el Reino Unido y Francia lanzaron bombardeos aéreos en Siria el 13 de abril contra una instalación militar cerca de Homs y un centro de investigación y desarrollo cercano a Damasco.
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