El presidente de los EEUU, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, se dieron un apretón de manos al inicio este martes de su histórica cumbre en Singapur, la primera de la historia entre los dos países.
Esta imagen simbólica y hasta hace poco inimaginable, tras décadas de tensiones provocadas por las ambiciones nucleares de Pyongyang, marcó el inicio de una cumbre de gran importancia para Asia y el mundo.
Los dos hombres, de recorrido y estilos radicalmente distintos y con más de 30 años de diferencia, se estrecharon la mano durante varios segundos y se dijeron unas palabras, con el semblante serio, ante una fila de banderas de sus países respectivos, en un hotel de lujo de la isla de Sentosa, en Singapur.
El presidente estadounidense dijo unas pocas palabras al líder norcoreano y le tocó levemente el brazo derecho, mientras Kim permanecía en silencio.
Tras esa escena observada por millones de personas en todo el mundo, ambos líderes se reunieron en una sala, donde mantendrán un encuentro a solas con sus intérpretes.
"Tendremos una relación fantástica, no tengo ninguna duda", dijo Trump, sonriendo junto con Kim. Por su parte, el líder norcoreano reconoció que no había sido fácil llegar hasta este instancia. "Los viejos prejuicios y prácticas fueron obstáculos en nuestro camino hacia adelante pero los superamos todos y hoy estamos aquí", aseguró.
Los dos líderes estuvieron reunidos a solas durante unos 45 minutos. Luego mantuvieron un encuentro con sus respectivas delegaciones, antes de un almuerzo de trabajo y de la firma de una histórica declaración conjunta en la que Kim Jong-un Kim "reafirmó su compromiso firme e inquebrantable para completar la desnuclearización de la Península de Corea".
En declaraciones a la prensa tras el almuerzo, Trump dijo que la reunión fue "mejor de lo que nadie había esperado" y habló de "muchos progresos" en las conversaciones con Kim, al tiempo que anunció que ambos líderes iban a anunciar la firma de un documento pero sin detallar su contenido.
La reunión, cuyo objetivo era tratar la posible desnuclearización de Pyongyang, fue la primera entre mandatarios de ambos países tras casi 70 años de confrontación a raíz de la Guerra de Corea (1950-1953), y 25 de negociaciones fallidas y tensiones a cuenta del programa atómico norcoreano.
Trump dijo en la víspera que esperaba forjar un acuerdo histórico para que el Norte renuncie a sus armas nucleares, aunque recientemente intentó minimizar las expectativas señalando que podría necesitarse más de una reunión para esto. Pyongyang enfrentó paralizantes sanciones diplomáticas y económicas a medida que avanzaba en el desarrollo de sus programas nuclear y de misiles balísticos.
Según muchos expertos, el Norte estaría a punto de poder atacar cualquier parte del territorio continental estadounidense con sus misiles nucleares, y aunque hay escepticismo acerca de que Kim vaya a entregar rápidamente esas armas, también hay esperanzas de que la diplomacia pueda sustituir a las hostilidades entre Washington y Pyongyang.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: