Un terrorista suicida atacó este lunes en Kabul una reunión en la que participaban los clérigos más destacados de Afganistán, y mató a al menos siete personas e hirió a nueve más, según fuentes de la policía.
Poco antes del atentado, los religiosos habían emitido una fatua contra los ataques suicidas y pidieron conversaciones de paz para poner fin a la guerra afgana.
El atacante se inmoló cerca de la entrada del complejo donde se reunía el organismo religioso, conocido como Consejo de Ulemas de Afganistán, bajo la tradicional carpa del Loya Jirga, el consejo de ancianos, explicó Ghafor Aziz, jefe de la policía del 5º distrito de Kabul.
Ningún grupo se atribuyó de inmediato la autoría del ataque, aunque en la zona es habitual que tanto el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) como los talibanes realicen ataques de este tipo.
En un primer momento, la policía reportó cuatro víctimas mortales, pero el conteo subió pronto a siete fallecidos y nueve heridos y podría seguir aumentando.
De hecho, el portavoz del ministerio del Interior, Najib Danish, había indicado en un primer balance que se registraron "12 muertos y heridos", sin dar detalles, y añadió que el kamikaze llegó a pie al lugar del atentado.
Alrededor de 2.000 miembros del consejo que reúne a sunitas y chiitas se habían reunido en la carpa levantada en el 5º distrito de la capital afgana. La explosión se produjo hacia el final del concilio, cuando los participantes estaban a punto de marcharse, dijo Aziz.
Si el suicida se hubiese adentrado más en el complejo, el número de víctimas mortales podría haber sido significativamente más alto, agregó el jefe de la policía.
Poco antes del atentado, los clérigos habían emitido una sentencia islámica, o fatua, que declaró que los ataques suicidas son "haram", es decir, prohibidos por la ley islámica.
El consejo hizo un llamado tanto a las fuerzas del Gobierno afgano como a los talibanes y a otros grupos insurgentes para que suspendan los combates y pacten un alto el fuego, además de instarlos a negociar. Era la primera vez que el organismo realizaba una petición de este tipo.
Menos de una hora antes del incidente, Ghofranullah Murad, miembro del consejo, leyó la declaración final del encuentro, en la que se decía que los hombres, mujeres y niños afganos inocentes son las verdaderas víctimas de la guerra.
"La guerra que se libra en Afganistán es ilegal y no tiene base en la sharia (ley islámica)", destacó el comunicado. "Es ilegal según las leyes islámicas y no hace más que derramar la sangre de los musulmanes".
"Nosotros, los ulemas, pedimos a los talibanes que respondan de forma positiva a la oferta de paz del Gobierno afgano a fin de evitar más derramamiento de sangre en el país", agregó.
La fatua declaró además que matar a gente por cualquier medio, como bombas y ataques suicidas, así como los actos violentos, incluyendo robos y secuestros, cuentan como pecados en el islam.
(Con información de AFP y AP)
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