Martha Dolak tiene 31 años. Es modelo. Vive en Londres. Durante 18 meses convivió con su novio, Michael Goodwin, un año menor que ella. No fue una historia de amor. Fue más que una pesadilla. Y salvó su vida de milagro. Gracias a una selfie. Pero una brutal.
Como suele ocurrir en estos casos de violencia contra la mujer, en un principio la relación era una más. Él se mostraba como alguien cariñoso. Pero con el tiempo, algo cambió. Y lo que debía ser un cuento de hadas se volvió en algo siniestro.
Cada vez más violento, los más allegados a Dolak supieron que algo malo estaba ocurriendo con ella. Hasta que en octubre de 2017 llegó el punto de quiebre. Un mensaje de WhatsApp enviado por un amigo a la modelo fue leído por Goodwin. Enfureció. El comentario era contundente e instaba a la mujer acosada permanentemente a abandonar a su violenta pareja.
Ese día, además de golpearla salvajemente, el hombre la secuestró en su vivienda no dejándola salir durante 21 horas. "Cuando vio el mensaje se puso pálido. Me aterré y traté de tomar mis cosas y largarme de allí", recordó Dolak al diario inglés The Sun. Pero no lo consiguió: "Me dijo que no podría irme y cerró ambas puertas con llave".
Testigos de los gritos y los lamentos fueron los dos hijos que el violento hombre tenía de un matrimonio anterior.
La violencia se multiplicó. Quiso escapar por una ventana, pero Goodwin la tomó por detrás y la pateó en la cabeza hasta dejarla inconsciente. "Fue un dolor agudísimo", relató. Desde luego: el terrible golpe de su novio le había provocado una fractura de cráneo, daño permanente en un nervio óptico y hemorragia cerebral.
Despertó horas después en un estado tétrico. Sabía que algo estaba mal en ella y decidió, desesperada, hacer algo. Era poco lo que podría lograr en esas condiciones. Tomó su móvil, vio por su cámara el terror que reflejaba y pensó: "Enviaré esta selfie". Eso hizo.
La imagen mostraba el dramático momento que atravesó. "No podía levantar mi cabeza. No lograba abrir uno de mis ojos y mi cara se sentía espesa por la sangre seca", contó.
El amigo que recibió la imagen se horrorizó. La reenvió de inmediato a los padres de la modelo quienes telefonearon a la policía y presentaron una denuncia formal. Acompañados por oficiales se presentaron en la vivienda de Goodwin.
Al enterarse que la mujer había lanzado su foto por WhatsApp, Goodwin le rogó que dijera que no había sido golpeada, sino que se había caído por las escaleras. Era demasiado tarde, la policía ya golpeaba su puerta. Y Dolak contó la verdad. La pesadilla al detalle, como quien recién se despierta de un profundo y horrendo sueño.
La selfie no sólo sirvió para salvar su vida y poner fin a los abusos. Sino también como prueba. La policía la presentó ante un juez de Londres quien sentenció al violento novio a cuatro años y tres meses de prisión.
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