Clifford Barthomolew, uno de los peores asesinos seriales de la historia de Australia y sentenciado a la horca, volvió a casarse tras lograr la libertad condicional luego de pasar apenas ocho años en prisión. Vivió una vida tranquila hasta su muerte en 2002, pero su final recién fue revelado este año por la prensa británica.
Atrás y sin culpa pudo dejar la terrible noche del 6 de septiembre de 1971, cuando asesinó a su mujer, a sus siete hijos, a su cuñada y a su sobrino en una granja en Hope Forest, en el sur del país.
De la masacre de aquella noche solo sobrevivió su otra sobrina, Noeleen Paltridge, quien se salvó a último minuto cuando aceptó no pasar la noche en la granja a pedido de su hermano, ya que, según él, "algo no estaba bien" con Bartholomew.
El brutal asesino fue condenado a la pena capital, pero luego esta decisión fue cambiada a cadena perpetua.
En la cárcel, Bartholomew se convirtió en un "prisionero modelo", y a pesar de terrible crimen recibió la libertad condicional en 1979, apenas ocho años después del crimen.
Cuando Paltridge se enteró de esto, entró en un estado de terror constante, pensando que su tío podría en cualquier momento volver a buscarla para completar su masacre.
Ese temor continuó hasta la semana pasada, cuando Paltridge finalmente pudo saber que Bartholomew había muerto en 2002, bajo otra identidad y casado desde 1990, según reveló el periódico británico The Daily Mail.
Pero el brutal asesino nunca la buscó. Se había cambiado el nombre a Clifford Palmer y se mudó primero al estado de Victoria y luego a Queensland, donde finalmente conoció a su nueva esposa.
Bartholomew murió a los 71 años en 2002, y su mujer falleció en 2012. Nadie sabe si ella estaba al tanto del pasado homicida de su esposo.
"Espero que haya tenido una muerte horrible, como mi familia", dijo Paltridge, de 55 años, al Daily Mail. "Me alegro de que esté muerto, pero hay muchas preguntas que me hubiera gustado hacerle cara a cara", agregó.
"Él salió tras siete años encerrado y luego de asesinar a 1o personas, incluyendo ocho niños. Les robó la vida y me la robó a mi también", concluyó.
La de Bartholomew fue la peor masacre familiar en la historia de Australia, y comenzó con una escena de celos luego de que un hombre joven se mudara a vivir a su casa en Hope Forest.
El asesino acusó reiteradas veces a su esposa Heather de tener una aventura con el inquilino, lo cual ella siempre negó, y un día Bartholomew sencillamente le disparó con su rifle calibre .22 en la cabeza, como recuerda The Guardian.
Luego se dirigió a sus siete hijos, de entre cuatro y 19 años de edad, a quienes "no quería dejar atrás", a su sobrino recién nacido y a su cuñada, y también los masacró a tiros y con sangre fría.
En el juicio se declaró culpable y aseguró que en un principio solo quería asesinar a su mujer, pero que mató a los niños para no someterlos al trauma, ya que "los amaba demasiado", y a su cuñada porque la culpaba de destruir la relación con su esposa.
A pesar de haber sido condenado a la horca, la presión del Gobierno australiano de ese entonces, en oposición a la pena de muerte, llevó a que la pena fuera cambiada a cadena perpetua para el hombre que había sufrido "un episodio de insania" motivado por la depresión.
Aunque Australia posee estrictas leyes de control de armas y una tasa de homicidios por arma de fuego entre las más bajas del mundo, el país ha sufrido una serie de brutales asesinatos familiares en su historia, especialmente en sus extensas zonas rurales.
El último ocurrió a comienzos de mayo de este año, cuando dos abuelos, una madre y cuatro hijos fueron hallados muertos en su hogar en el suroeste del país.
Aunque la policía aún investiga la masacre, el principal sospechoso es el abuelo de 61 años, Peter Miles, quien era el propietario legal de las tres armas usadas en la matanza y encontradas en en lugar. Se habría suicidado después.
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