El electorado irlandés ha aceptado en el referéndum sobre el aborto celebrado el viernes reformar la Constitución para liberalizar la legislación vigente, una de las más restrictivas y controvertidas de Europa, según un sondeo del diario Irish Times.
La encuesta, efectuada a pie de urna entre 4.000 personas, sugiere que el "no" obtendría en torno al 32% de votos, frente al 68% que respaldaría la propuesta del Gobierno del partido democristiano Fine Gael, una decisión que abriría la puerta a las terminaciones del embarazo sin restricciones durante las primeras doce semanas de gestación.
De acuerdo con el mismo sondeo, entre los jóvenes de entre 18 a 24 años los números ascienden a un 87% en favor de modificar la octava enmienda, mientras que en la franja de quienes tienen entre 25 a 34 años, un 83% se mostró favorable.
Poco más de tres millones de personas estaban llamados a las urnas para decidir el futuro de la actual ley, que solo permite el aborto en circunstancias excepcionales, como cuando la vida de la madre corre peligro, que incluye la amenaza de suicidio, pero no contempla casos de incesto, violación o malformaciones del feto.
El recuento de votos comenzará mañana a las 08:00 horas GMT del sábado y los primeros resultados provisionales podrían conocerse a mediodía, mientras que el definitivo se espera a última hora de la tarde.
El Irish Times destaca que su encuesta tiene un margen de error de "más/menos un 1,5%", por lo que habla ya "triunfo aplastante" y "gran victoria" para el "sí", después de una "campaña larga y, a menudo, divisoria".
Como ocurrió en la consulta de 2015 para legalizar el matrimonio homosexual, una parte significativa de la diáspora irlandesa se ha desplazado con cualquier medio de transporte a su disposición para no perderse una "oportunidad única en toda una generación", según pidió el primer ministro, el democristiano Leo Varadkar.
Las redes sociales dieron testimonio del bullicioso tránsito, sobre todo de jóvenes, por los aeropuertos, puertos marítimos o estaciones de autobuses y trenes para llegar hasta los centros de votación, que abrieron a las 06:00, y cerraron a las 21:00, hora GMT.
THEY’VE ARRIVED. Now that’s what we call a welcome party. #hometovote @Together4yes @DublinAirport pic.twitter.com/e7TgucTONM
— London-Irish ARC (@LdnIrishARC) May 24, 2018
Quince horas de jornada electoral para favorecer la participación de los 3,2 millones de personas convocadas por el Gobierno del partido Fine Gael para decidir en esta consulta si suaviza la legislación vigente, cuyas restricciones obliga a miles de mujeres de este país a viajar cada año al extranjero para abortar.
We're on a weeks family holiday in Spain. Today I take car, train, another train, plane and then mammy mobile to get to my polling station on time. For me and for this girl. #hometovote #RunJoRun pic.twitter.com/0ZFygX1z5h
— Joanne Byrne (@jolisby) May 25, 2018
A media tarde, se superaba en casi todos los centros de votación la participación de 2015 en ese punto, si bien la principal campaña por el "sí", "Together For Yes", recomendó no caer en la complacencia.
We have voted yes, across the generations. #Together4Yes pic.twitter.com/g0qnITTak3
— Síona (@AnTaobhRua) May 25, 2018
"Sabemos que en algunas zonas la afluencia es un poco menor, por lo que pedimos a los votantes de esas áreas que hablen con sus amigos, familiares y compañeros de trabajo y que se aseguren de que votarán antes del cierre", señaló la plataforma en un comunicado.
My granny is as old as the Irish State. She just voted #yes #Repealthe8th #Together4Yes 😭😍 pic.twitter.com/b1JTLxuusO
— HannahmDeasy (@hannahmdeasy) May 25, 2018
Los partidarios y detractores de reformar la ley consideran que la alta participación podría decidir el resultado final, pues aunque las encuestas concedían durante la campaña electoral una ventaja al "sí", el "no" había logrado reducido la diferencia en las últimas semanas y todavía quedaban bastantes indecisos.
"Una participación alta sería ventajoso para la campaña del 'sí'. Por suerte, el día soleado que tenemos en Irlanda ayudará", dijo el primer ministro, de 39 años, médico de profesión y abiertamente gay.
We're at Dublin airport welcoming people who are coming #hometovote! The 5pm London to Gatwick flight has landed, and the 7pm flight is on the way #together2vote pic.twitter.com/AVQtd4Gn3R
— Together for Yes (@Together4yes) May 24, 2018
El líder conservador fue uno de los primeros políticos en votar, seguido de cerca por un gran número de medios de comunicación nacionales e internacionales, ante el gran interés que ha generado la posibilidad de que este país, aún mayoritariamente católico, elimine las duras restricciones del aborto, criticadas, entre otros, por la ONU y la Unión Europea (UE).
En lado opuesto, el dirigente del Sinn Féin Peadar Toibin -tercera fuerza nacional- volvió a considerar que la futura ley abrirá la puerta a los "abortos a la carta", al tiempo que se eliminará de la Constitución el "derecho a la vida" de los "no nacidos".
Toibin, uno de los activistas más visibles del "no" durante la campaña, representa la complejidad moral que tiene este asunto en Irlanda, donde los principales partidos, como el Sinn Féin, están con el Gobierno, pero han dejado que sus miembros actúen de acuerdo a sus principios.
Let’s keep going until polls close tonight at 10pm. Out with some volunteers in Greystones now. Please, please take nothing for granted. We need to work for every vote #togetherforyes #together2vote #HomeToVote pic.twitter.com/uX2Y5ypD05
— Simon Harris TD (@SimonHarrisTD) May 25, 2018
También los grupos provida y la Iglesia católica, aún influyente a pesar de los escándalos de abusos sexuales a menores, rechazan cualquier cambio, pues creen que dará paso a la terminación de embarazos de "no nacidos" con malformaciones físicas o psíquicas.
El Gobierno pidió al electorado que se pronuncie sobre la eliminación de la llamada "octava enmienda", incluida en 1983 en la Constitución, y que garantiza de igual manera el derecho a la vida del "no nacido" y de la madre.
De acuerdo con esta provisión, la ley promulgada en 2013 por el Ejecutivo del Fine Gael, la primera en la historia de Irlanda, solo permite la interrupción del embarazo en circunstancias excepcionales, como cuando la vida de la madre corre peligro, que incluye la amenaza de suicidio, pero no contempla casos de incesto, violación o malformaciones del feto.
Si desaparece la "octava enmienda" como indica el boca de urna, el Gobierno, en el poder desde 2011, redactará una nueva legislación que podría permitir el aborto en Irlanda en todas las circunstancias durante las primeras doce semanas de embarazo y, en casos excepcionales, hasta las veinticuatro semanas.
Con información de EFE
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