La increíble generosidad del "hombre con el brazo de oro" que ayudó a salvar a 2,4 millones de bebés

La sangre de James Harrison fue usada para desarrollar una vacuna que salvó incontables vidas. Nunca le gustaron las agujas y realizó su última donación luego de 63 años de "aportes" semanales

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Cuando tenía 14 años, James Harrison se despertó de una complicada operación: le retiraron un pulmón y necesitó 13 unidades de sangre. Desde entonces, prometió que donaría plasma cada vez que puediera. Su palabra fue cumplida con honores: rompió el récord Guinness y ayudó a salvar a un estimado de 2,4 millones de bebés.

James Harrison
James Harrison

Su carrera caritativa comenzó en 1954. Nunca le gustaron las agujas, pero cerraba los ojos y trataba de ignorar el dolor. El destino lo hizo coincidir con una extraña serie de muertes de bebés en Australia: algunos fallecían antes del parto y muchos otros nacían con defectos cerebrales.

"Miles de bebés morían cada año y los médicos no sabían por qué, fue horrible", recordó Jemma Falkenmire, de la Cruz Roja australiana.

Los estudios determinaron que las víctimas sufrían de una enfermedad denominada HDN, que ocurría cuando una mujer de factor de sangre negativo tenía un bebé con alguien de factor positivo. La incompatibilidad causaba que la madre rechace los glóbulos rojos del feto.

Sin embargo, los médicos también descubrieron que la enfermedad también podía ser tratada si la madre era inyectada con un raro anticuerpo, uno que corría por la sangre de alguien que solía donar con frecuencia: James Harrison.

"Me pidieron que sea su conejillo de indias", recordó Harrison, en entrevista con el Sydney Morning Herald. Los investigadores lograron desarrollar una vacuna, llamada Anti-D, a partir del plasma donado, y fue administrada por primera vez hace 51 años.

Según estimaciones oficiales, el 17% de las mujeres embarazadas en Australia requiere la inyección, por lo que se calcula que Harrison ha ayudado a salvar la vida de 2,4 millones de bebés en el país, incluidos sus propios nietos. "Cada ampolla de Anti-D tiene a James en ella", aseguró Robyn Barlow, el coordinador del programa que halló a Harrison.

"Probablemente mi único talento sea donar sangre", declaró con humildad en una entrevista para la CNN. En 2003, batió el récord como la persona con más donaciones de sangre en el mundo y fue apodado como "El hombre con el brazo de oro".

El reconocimiento obtenido en 2003, cuando llevaba más de 800 donaciones en su historial
El reconocimiento obtenido en 2003, cuando llevaba más de 800 donaciones en su historial

Aunque señaló que no tenía pensado "retirarse", llegó el día de ponerle punto a su historial de solidaridad. La semana pasada, a los 81 años (por encima del límite oficial) realizó su último viaje a un centro de donación.

Como siempre, apartó la mirada cuando la aguja se insertó en su brazo. A su alrededor, cuatro globos marcaba la impresionante cifra de 1.173 donaciones. Varios padres que se beneficiaron con el tratamiento se acercaron para acompañarlo y agradecerle una vez más su aporte.

Los reporteros le preguntaban sobre su coraje y valor, pero Harrison negaba con la cabeza. "Esa es otra cosa rara de James. Cree que su donación es como la de cualquier otra", comentó Falkenmire. Actualmente, solo hay cerca de 200 personas que califican para el programa de la vacuna Anti-D.

De todas formas, el hombre récord alentó al resto de la población a seguir su ejemplo y donar sangre para los necesitados. "Espero que alguien rompa mi marca, porque eso significaría que están dedicados a la causa", apuntó.

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