Apenas algunos metros y unas milésimas de segundo separaron a los dos aviones que estuvieron a punto de chocar en el Aeropuerto de Perth, Australia. Habría sido una tragedia porque ambos iban a gran velocidad, pero la reacción de los pilotos y la fortuna evitaron lo peor.
Una aeronave de la aerolínea Qantas acababa de aterrizar el sábado a la tarde cuando, a medida que avanzaba y desaceleraba, el piloto escuchó una indicación desesperada proveniente de la torre de control. "Frenen ya", le dijo el operador.
El capitán se dio cuenta de inmediato de la razón: se estaba cruzando en el camino de otro avión de la misma aerolínea, que ya empezaba a carretear para despegar. El piloto del segundo vuelo abortó antes de levantar vuelo, evitando así la colisión.
La Oficina Australiana de Seguridad en el Transporte está investigando el incidente, que calificó como "muy serio". El reporte final sobre las causas de lo ocurrido estaría recién a fin de año.
Sin embargo, el organismo brindó una hipótesis preliminar. Aparentemente, el avión que había aterrizado debía frenar en una distancia menor, aguardar el paso de la otra aeronave y luego continuar hasta la zona de desembarque. Pero, por razones que no han sido especificadas, el piloto se pasó de ese punto y siguió avanzando, hasta que recibió la orden de frenar en seco.
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