Afganistán sufrió este lunes una serie de brutales ataques terroristas que dejaron al menos 38 muertos, incluyendo 10 periodistas en lo que ha sido descrito como la jornada más sangrienta para esa profesión desde la caída de los talibanes en 2001.
El primer ataque tuvo lugar en Kabul, cuando un terrorista del Estado Islámico (ISIS, en inglés) se hizo estallar en el centro de la capital. Cuando los periodistas llegaron al lugar para cubrir el hecho, un segundo suicida que portaba un cámara e intentaba hacer pasar por reportero se hizo explotar matando a nueve de ellos e hiriendo a otros cinco.
Entre estos estaba Shah Marai, un famoso fotógrafo a cargo de la sección de imágenes en la oficina afgana de la agencia francesa AFP.
Pocas horas después el periodista de la cadena británica BBC Ahmad Shah fue asesinado por atacantes no identificados en la provincia de Khost, en la frontera con Pakistán.
Y en el sur, en la provincia de Kandahar, otro atentado terrorista contra un convoy de la OTAN dejó un saldo de al menos 11 niños muertos tras el derrumbe de una escuela en una mezquita contigua.
De acuerdo a la cadena local Tolo News, los restantes ocho periodistas fallecidos en Kabul son Mahram Durani, Sabawoon Kakar y Ebadullah Hananzai, de Radio Azadi; Yar Mohammad Tokhi, de Tolo News; Ghazi Rasooli y Nowroz Ali Rajabi, de 1TV; Saleem Talash y Ali Saleemi, de la cadena Mashal TV.
BBC journalist Ahmad Shah, who was killed earlier today. pic.twitter.com/ISxNiEYd0I
— BBC News Press Team (@BBCNewsPR) April 30, 2018
Por otro lado los reporteros heridos en el doble atentado son Naser Hashemi, de la cadena qatarí Al Jazeera; Omar Soltani, de la agencia británica Reuters; Ahmadsha Azimi, de Nedai Aghah; Ayar Amar, del semanario Vahdat Mili; y Davod Ghisanai, de la cadena Mivand.
La Federación Afgana de Periodistas denunció el atentado como "un crimen de guerra" organizado contra la prensa y aseguró que los medios seguirán comprometidos con proveer información.
El comunicado publicado por Tolo News también critica al gobierno afgano por la falta de seguridad en la capital y solicita intervención de la Corte Penal Internacional y del Consejo de Seguridad de la ONU para investigar el ataque, "el más sangriento en la historia de la prensa de Afganistán".
Por otro lado la organización Reporteros Sin Frontera (RSF) aseguró que se trata del peor atentado contra la prensa desde la caída de los talibanes tras la intervención militar de la OTAN en 2001.
Un total de 34 periodistas han muerto en ataques terroristas del ISIS y de los talibanes desde 2016, cuando recrudeció la violencia en el país. Sólo en enero de ese año siete reporteros de Tolo News murieron cuando un suicida se hizo explotar junto al autobús que los transportaba.
Afganistán se encuentra actualmente en el puesto 118 de 180 países medidos por su libertad de prensa, de acuerdo a RSF.
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