Un doble atentado suicida coordinado sacudió el lunes por la mañana el centro de Kabul matando a 25 personas, incluyendo un fotógrafo de AFP y cinco periodistas de medios locales, dijeron funcionarios afganos.
Al menos 45 personas más resultaron heridas, explicó el portavoz de la policía de Kabul, Hashmat Stanekzai, agregando que entre las víctimas mortales había cuatro policías.
El del lunes es el último de una serie de incesantes ataques letales a gran escala en Kabul y en otras partes del país en lo que va de año. Ningún grupo se atribuyó de inmediato la autoría de los ataques, pero tanto los talibanes como el grupo extremista Estado Islámico han perpetrado ataques en la capital afgana en el pasado.
Los ataques tuvieron lugar en la zona de Shash Darak, en el centro de la ciudad, donde están la sede de la OTAN y numerosas embajadas extranjeras.
El primer suicida iba a bordo de una motocicleta, dijo el vocero policial Stanekzai. La segunda explosión estaba pensada contra quienes se acercaron al lugar para asistir a las víctimas de la primera.
El segundo atacante iba a pie y fingió ser uno de los muchos reporteros que llegaron a la zona, apuntó el portavoz añadiendo que se inmoló cuando aún estaba entre ellos.
Entre los heridos trasladados a los hospitales había también varios periodistas, dijo Wahid Majorh, portavoz del Ministerio de Sanidad, que no pudo ofrecer una cifra total.
Según Agence France-Presse, el jefe de los fotógrafos de la agencia en Kabul, Shah Marai, estaba entre los fallecidos. Marai murió en la segunda explosión, dirigida contra un grupo de periodistas que corrieron a reportar el primer ataque.
Un camarógrafo de la televisora local TOLO TV también murió en los atentados, dijo Sediqullah Tawhidi, del Comité de Seguridad de Periodistas Afganos. El agente de policía Jan Agha señaló que los reporteros perdieron la vida en el segundo estallido, que causó heridas a dos policías.
El presidente de Afganistán, Asharf Ghani, condenó enérgicamente los atentados en un comunicado que calificó como crímenes de guerra los ataques contra civiles inocentes, contra fieles dentro de mezquitas y contra los procesos nacionales y democráticos, los periodistas y la libertad de expresión.
El jefe de la policía de Kabul, Dawood Amin, dijo que la zona atacada fue acordonada rápidamente y que se ha abierto una investigación oficial sobre el incidente. Mohammad Mousa Zahir, director del hospital Wazir Akbarkhan, señaló que varios de los heridos estaban siendo atendidos en el centro.
La filial del grupo extremista Estado Islámico en el país y los talibanes, que tienen una presencia más firme, suelen llevar a cabo atentados en todo el país de forma regular. Los talibanes suelen atacar al gobierno y a las fuerzas radicales mientras que el objetivo de EI es normalmente la minoría chií, a quienes consideran apóstatas. Ambos grupos han atentado también en la capital, sede del gobierno Ghani.
El volumen de ataques pone de manifiesto los problemas de las fuerzas de seguridad para frenar a los grupos insurgentes desde que Estados Unidos y la OTAN concluyeron sus misiones de combate en el país a finales de 2014. Ambos grupos quieren establecer un estricto régimen islámico en Afganistán.
La semana pasada, un suicida de Estado Islámico se inmoló en un centro de registro de votantes en Kabul matando a 60 personas e hiriendo a al menos 130 más. Entre los muertos había 22 mujeres y ocho niños.
El mes pasado, otro suicida de la milicia radical atacó un santuario chií en Kabul durante las celebraciones del año nuevo persa. Treinta y una personas perdieron la vida y 65 sufrieron lesiones entonces.
(Con información de AP y AFP)
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