Rebecca Spellman, una madre separada de 38 años, creyó haber recibido una segunda oportunidad en la vida cuando se reencontró con un antiguo amor de la adolescencia y comenzó una idílica relación.
Había conocido a John a los 14 años en una cita a ciegas y pronto lo encontró "gracioso y carismático". Se enamoró perdidamente y él también de ella, y comenzaron un tierno noviazgo de casi niños.
"En poco tiempo John se había convertido en parte de la familia y yo estaba atontada con él, éramos mejores amigos", contó Spellman al portal Fabulous Online.
Pero ambos eran jóvenes, y cuando la joven inglesa llegó a los 17 años perdieron el contacto y cada uno siguió por su lado, haciendo su vida.
Spellman mantuvo otras relaciones y tuvo dos hijos, Georgia, de 18 años, y Owen, de 14. Nunca pensó que volvería a ver John.
Pero un día, 12 años después de haber sabido de él por última vez, Rebecca se lo encontró en un bar y no pudo resistirse a saludarlo.
"Se acababa de mudar a la zona y ninguno de los dos sabíamos que vivíamos tan cerca el uno del otro. Nos pusimos al día rápidamente pero yo me estaba yendo y tuve que despedirme", contó la mujer inglesa, de acuerdo al periódico The Sun.
Esa noche John la buscó en Facebook y la contactó. Y entonces comenzó una romántica historia de amor. O eso creían.
"Antes de darme cuenta estábamos saliendo y se sentía como un sueño hecho ralidad, John era perfecto y me trataba como una princesa", relató Spellman, sin ocultar su emoción.
"Habíamos estado separados tanto tiempo y ahora lo había vuelto a encontrar. No quería volver a dejarlo ir. Así que cuando me propuso casamiento, no podía de dejar de saltar de la emoción. Quería pasar el resto de mi vida con el amor de mi adolescencia", agregó.
Pero una nube densa y negra se aproximaba sobra esta relación en apariencia perfecta.
Se casaron en 2011, y los cambios llegaron literalmente el día después.
"Después de dar el sí, fue como accionar un interruptor. Se convirtió en una persona diferente, que tenía raptos de furia por las cosas más pequeñas y mantenía muchos secretos", relató Spellman.
La luna de miel fue, en sus propias palabras, "tensa", aunque ella creía que se había debido al estrés normal de planear una boda. Pero las cosas dieron un giro para lo peor cuando retornaron de sus vacaciones y Rebecca descubrió que John tenía una cuenta en un sitio de prostitución online.
"Al principio estaba furiosa, pero era algo tan inusual en él que lo dejé pasar y lo tomé como un error estúpido", señaló.
Pero entonces comenzaron las agresiones. John tenía cada vez más arranques de furia, muchas veces relacionados a su afición por el fútbol. Él mismo las llamaba sus "furias del FIFA", en relación al popular videojuego.
Un día, luego de perder un partido, comenzó a agredir verbalmente a Spellman y llegó incluso a ahorcarla.
"Me quité sus manos de encima y salí corriendo a la casa de mi hermano. Pero el otro día John se disculpó una y otra vez. Fue una pelea tonta y le di el beneficio de la duda. No quería renunciar a mi relación con el hombre perfecto al que había vuelto a ver", explicó.
La gota que rebalsó el vaso llegó finalmente en 2013, cuando un John completamente borracho rompió sin querer una botella de vino y le ordenó a Rebecca que limpiara todo.
Pero ella, cansada de sus borracheras y sus arranques de furia, se negó.
"Me di vuelta para retirarme y de repente John me golpeó dos veces en el rostro. Caí al piso llena de dolor y se lanzó encima mío, golpeando mi cabeza contra el suelo. Estaba actuando como un desquiciado y pensé que iba a matarme", relató.
Nadie sabe qué podría haber llegado a pasar si Georgia, la hija de Rebecca, no hubiera bajado corriendo las escaleras en ese momento.
Su aparición hizo que John tuviera un momento de duda, y entonces su esposa se liberó y corrió hacia su hija. Juntas subieron las escaleras, fueron a la habitación de Owen y allí se atrincheraron.
Desde ese lugar Rebecca llamó a su madre, quien a su vez envió a la policía.
La condena fue ligera: apenas seis meses de trabajo comunitaria por asalto y golpiza. Pero a Spellman no le interesaba eso, sino aprovechar el tiempo para llevarse a sus hijos de allí y alejarse de John para siempre.
"Cuando me reuní con mi amor de la adolescencia pensé que me estaban dando una segunda oportunidad para tener un final de cuento de hadas y todo parecía perfecto. Pero no puedo creer que mi príncipe azul terminó siendo un ogro disfrazado", concluyó.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: