Las principales potencias del mundo siempre están obligadas a tomar medidas de seguridad extremas. Ya sea por medio de la modernización y ampliación de las capacidades armamentistas de sus fuerzas, o de la aplicación de estrategias de presión internacional ejercidas por medio de sanciones a Estados que se presentan como una amenaza a la seguridad nacional, hoy día nada parece ser suficiente para poder mantener el liderazgo sobre países que buscan posicionarse como el poder hegemónico a nivel mundial.
Esto también aplica a la protección del bienestar de los primeros mandatarios de países como los EEUU y Rusia, naciones que por distintos motivos tienen a sus presidentes como blanco de una variedad de actores malintencionados que buscan comprometer su integridad. Ya sea por cielo, agua o tierra, hombres de la talla de Donald Trump y Vladimir Putin necesitan de la mayor protección a la hora de salir de la Casa Blanca o el Kremlin.
Es por eso que ambos líderes estrenarán muy pronto flamantes versiones de sus limusinas presidenciales, diseñadas para operar como verdaderas fortalezas sobre ruedas capaces de resistir una variedad de ataques y, sobre todo, preservar la invaluable vida de sus poderosos ocupantes.
En el caso particular del magnate de los bienes raíces devenido en presidente de los EEUU, se suponía que la nueva "Bestia" destinada a reemplazar el vehículo utilizado por el ex presidente Obama durante sus dos mandatos presidenciales iba a estar lista para finales de 2017.
Denominado Presidential State Car, o vehículo presidencial estatal, el nuevo modelo Cadillac aparentemente no estará listo hasta fines del verano boreal, según reportes de Fox News. Prototipos camuflados del enorme tanque fueron vistos en repetidas oportunidades, siendo probados en calles públicas y las pistas de pruebas de GM.
El nuevo modelo que está siendo probado por elementos del Servicio Secreto será fruto de un acuerdo con el gigante norteamericano General Motors, parte de un proyecto que le costará a los contribuyentes USD 15,8 millones, una cifra relativamente modesta si se tiene en cuenta lo que cuesta el desarrollo de nuevo armamento hoy día.
"Hemos completado nuestra tarea y ya hemos entregado el vehículo a nuestro cliente" dijo Johann de Nysschen, presidente de Cadillac, haciendo alusión a representantes del Gobierno de los EEUU. Una vocera del Servicio Secreto agregó que "el programa para construir y poner en funcionamiento la nueva generación de limusinas presidenciales se encuentra en camino y dentro del plazo fijado. "El público puede esperar a ver los nuevos vehículos, completamente operacionales, hacia fines de este verano" compartió.
Independientemente de que los detalles sobre sus nuevas funciones se guardan bajo llave como un secreto nacional, se espera que el nuevo vehículo tenga elementos que lo relacionen con el sedán máximo de la firma de lujo norteamericana por antonomasia, el modelo CT6. La versión hoy en funcionamiento es más un enorme SUV Suburban de Chevrolet disfrazado de limusina, con el blindaje necesario para resistir ataques con armas, explosivos y de tipo químico.
Se espera que, a diferencia del modelo de venta al público, el nuevo vehículo presidencial no esté equipado con el sistema de piloto inteligente semiautónomo Super Cruise, que permite a su conductor el manejo "sin manos" en autopista. En su lugar, será comandado por expertos en evasión de amenazas entrenados para estar a la defensiva en todo momento.
Cadillac ha construido todas las limusinas presidenciales desde el año 1993, y no se le conoce ningún competidor, como Ford Motor Company o Fiat Chrysler, que haya presentado su propuesta para hacerle competencia. El CEO de la marca de lujo de GM asegura que la asociación de la marca con los presidentes de los EEUU es algo muy importante. "Siempre ha sido parte de nuestra herencia y tradición, hemos transportado a distintos presidentes a lo largo del tiempo y esperamos continuar haciéndolo en el futuro" aseguró.
Con casi siete metros de largo, el techo del nuevo modelo Cadillac ha sido elevado para permitir un fácil ingreso sin tener que agachar la cabeza. Sus siete pasajeros serán protegidos por puertas blindadas de 20 centímetros de ancho. Las ventanas podrán resistir bombardeos con munición militar y también proteger a sus ocupantes de ataques químicos.
Ruedas a prueba de balas permitirán a su conductor escapar de un potencial ataque, mientras que las llantas en acero servirán para mantener la maniobrabilidad hasta que se pueda salir de peligro. Los bajos de su carrocería brindarán protección contra minas terrestres.
Además presentará características especiales como un lanzador de granadas y gas lacrimógeno, su propio suministro de oxígeno, un complejo sistema de visión nocturna, teléfonos satelitales y un sistema de acceso a Internet de tipo encriptado. Incluso mantendrá a bordo un suministro de sangre del presidente en caso de necesitarse una tranfusión de emergencia.
En lo que respecta a la fortaleza del presidente ruso, el denominado proyecto Kortezh, o cortejo en español, ya ha sido sometido a distintas pruebas de choque, según reportes filtrados en los medios a principios de abril del corriente.
Según el ministro de Industria y Comercio, Denis Manturov, el sedán de lujo esta pronto a ser presentado en público. Los vehículos de prueba serán entregados al Gobierno a fin de mes, y su debut oficial podría tener lugar durante el Salón del Automóvil de Moscú en el mes de agosto.
Eso sí, lo más probable es que no esté listo para la ceremonia de inauguración del presidente Putin, que tendrá lugar el próximo 7 de mayo. En cuanto a las medidas de seguridad que presentará, no se ha compartido información alguna, pero se espera que sean iguales o superen a las del vehículo de su homónimo norteamericano.
Un video compartido en noviembre de 2017 muestra el señorial sedán, que mezcla la estética de un Rolls-Royce Phantom con la de un Bentley Mulsannne, siendo probado sobre nieve durante el gélido invierno sueco. Según se ha difundido, una versión civil del vehículo presidencial será vendida bajo la nueva marca Aurus. Además, se tiene pensado lanzar variantes SUV y Minivan para poder satisfacer el apetito de transporte de lujo y blindado de los multimillonarios aliados del cuestionado mandatario.
La versión hecha exclusivamente para Putin llevará un motor desarrollado por Porsche de 12 cilindros, 6.6 litros, turbo alimentado con más de 800 caballos de fuerza. Según consignó el Moscow Times, a diferencia de la "Bestia" Cadillac de Trump, el modelo del presidente ruso será parte de una serie de 200 vehículos que podrán ser comprados por ciudadanos comunes que dispongan de la enorme cantidad de dinero necesario, todavía por definir.
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