Italia otorgó la nacionalidad italiana al británico Alfie Evans, un bebé de 23 meses hospitalizado en estado vegetativo al que un tribunal negó tratamientos adicionales, con la esperanza de facilitar su traslado a Roma, donde un hospital gestionado por el Vaticano se dijo dispuesto a acogerlo.
Pero el tiempo podría estar a punto de acabarse. Este martes, el padre del niño, Tom Evans, dijo en Facebook que Alfie fue desenchufado anoche de las máquinas que lo mantenían con vida, aunque después de 10 horas seguía respirando por sus propios medios.
Horas antes, los ministros de Asuntos Exteriores, Angelino Alfano, y del Interior, Marco Minniti, le habían otorgado en tiempo récord la ciudadanía italiana al pequeño.
Con esa decisión, el Gobierno italiano espera que se acelere el traslado a Italia, explicó el ministerio de Asuntos Exteriores en una breve declaración.
Alfie, nacido el 9 de mayo de 2016 y que padece una rara enfermedad neurológica degenerativa, necesita asistencia respiratoria desde diciembre de 2016 y está hospitalizado en el hospital Halder Hey de Liverpool (centro oeste de Inglaterra), donde los médicos y la Justicia han decidido suspender todo tratamiento debido a que su condición es considerada irreversible y mantenerlo conectado al soporte vital le causaría un sufrimiento innecesario.
Los padres del niño, Tom Evans, de 21 años, y Kate James, de 20, han expresado en reiteradas ocasiones su deseo de trasladar a Roma a su hijo con el objetivo de que siga recibiendo tratamiento en el hospital Bambino Gesù, gestionado por el Vaticano y dispuesto a acogerlo.
El lunes, la directora del hospital romano, Mariella Enoc, y un médico anestesista viajaron a Liverpool para reunirse con los funcionarios del hospital, quienes se negaron a recibirlos, según informa la agencia italiana de noticias AGI.
El papa Francisco ha pedido en varias ocasiones públicas que el bebé sea mantenido en vida, y recibió en audiencia privada al padre del niño.
Este lunes, Francisco volvió a pedir que se intenten "nuevas posibilidades de tratamiento" para el bebé.
"Conmovido por las oraciones y la amplia solidaridad en favor del pequeño Alfie Evans, renuevo mi llamamiento para que se escuche el sufrimiento de sus padres y se cumpla con su deseo de intentar nuevas posibilidades de tratamiento", señaló el pontífice en la red social Twitter.
Conmovido por las oraciones y la amplia solidaridad en favor del pequeño Alfie Evans, renuevo mi llamamiento para que se escuche el sufrimiento de sus padres y se cumpla su deseo de intentar nuevas posibilidades de tratamiento.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) April 23, 2018
Tanto la Corte Suprema Británica como el Tribunal de Apelaciones y el Tribunal de Casación se han negado a reconsiderar el caso.
Prácticamente la totalidad de su cerebro ha sido destruido. Nadie sabe por qué
Pese a que los magistrados británicos reconocieron que se trata de un caso "desesperadamente triste", subrayaron asimismo en su escrito judicial que "no hay esperanza" de que Evans "vaya a mejorar nunca".
"Alfie parece un bebé normal, pero la opinión unánime de los médicos que lo han examinado y han visto los escáneres que se le han hecho es que prácticamente la totalidad de su cerebro ha sido destruido. Nadie sabe por qué", argumentan los jueces.
La dolencia que sufre el bebé "significa que Alfie no puede respirar, comer ni beber sin un tratamiento médico sofisticado", agrega el escrito con la decisión judicial.
Sin embargo, Alfie fue desconectado anoche de las máquinas y, aunque los profesionales habían advertido de que no sobreviviría más de unos minutos sin esa asistencia, el pequeño lleva nueve horas respirando, algo que, según adelantó su padre, ha dejado a los médicos "boquiabiertos".
Tom Evans explicó que, después de una "larga conversación" de 40 minutos con los especialistas, consiguió convencerlos para que accedieran a "darle agua y a oxigenar su cuerpo" al ver que, seis horas después de desenchufarlo, Alfie seguía con vida.
"Me sentí bendecido cuando confirmaron que iban a darle su agua y oxígeno", afirmó su padre, que adelantó que "las próximas horas van a ser difíciles" y rogó que proporcionen a su hijo "algún soporte vital". "Deberían respetarlo y dárselo", aseguró Evans, que contó que la madre del bebé se encuentra durmiendo al lado de su hijo.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos también rechazó la petición de los padres al considerar que no se había constatado ninguna violación de los derechos humanos.
En los últimos días cientos de personas protestaron frente al hospital británico contra la desconexión del bebé, en un caso que recuerda al de Charlie Gard, otro bebé que padecía una rara enfermedad genética y que murió tras ser desconectado por decisión de los jueces.
Los manifestantes, conocidos como el Ejército de Alfie (Alfie's Army, en inglés), bloquearon durante quince minutos la carretera de acceso al hospital y posteriormente trataron de entrar en el centro sanitario, aunque la policía les impidió el paso.
No obstante, continuaron concentrados al grito de "Save Alfie Evans" ("Salvad a Alfie Evans") en las puertas del lugar, según medios locales.
Los padres del bebé aseguran que desean explorar otros tratamientos especializados en Italia y esperan que los médicos del hospital pediátrico de Roma lo logren.
La cuestión de Evans fue igualmente tratada en la reunión que mantuvieron el lunes pasado el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional italiano, Angelino Alfano, y su homólogo británico, Boris Johnson, en Luxemburgo.
Alfano transmitió entonces a Johnson el respeto de Italia por "las decisiones tomadas en el marco de la jurisdicción nacional británica", así como su consideración por el sistema nacional de salud del país.
Si bien le recordó también el citado deseo de sus padres de que el niño continué el tratamiento en Roma.
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