El periodista ruso que ayudó a develar la existencia de mercenarios de su país combatiendo en Siria murió el domingo tras caer del balcón de su departamento en Ekaterimburgo, en los Urales rusos, en circunstancias extrañas.
Se trata de Maxim Borodin, de 32 años, quien fue hallado el jueves inconsciente por sus vecinos tras aparentemente haber caído de un cuarto piso, tras lo cual fue hospitalizado por sus heridas.
El domingo por la mañana Borodin murió en un hospital de la ciudad de Ekaterimburgo, a 1400 kilómetros de Moscú y sede más oriental del próximo Mundial de Fútbol.
De acuerdo al periódico británico The Times, el periodista había llamado un días antes del incidente a un amigo, Vyacheslav Bashkov, para contarle que había personas "con ropa camuflada" alrededor de su casa y que uno estaba armado. Creía que estaban a punto de entrar para revisar su departamento con una orden judicial, por lo que pidió a Bashkov que llamara a su abogado.
Al poco tiempo volvió a llamar para decir que se trataba sólo de "un ejercicio de entrenamiento, y luego cayó por el balcón.
La policía señaló que la puerta del departamento estaba trabado desde adentro y de que no había sospechas de que alguien hubiera forzado su entrada, según indicó Radio Free Europe.
Por el momento las autoridades lo están tratando como un suicidio, aunque no encontraron una nota ni una posible explicación.
Pero Polina Rumyantseva, editora del semanario Novy Den en el que trabajaba Borodin, no cree que se haya quitado la vida.
El periodista escribía regularmente sobre crímenes y corrupción, y en las últimas semanas se había dedicado a la muerte en febrero de varios mercenarios rusos peleando en Siria, logrando identificar a varios de ellos residentes en las ciudad de Asbest, en los Urales.
En aquel momento un grupo de estos empleados del llamado Grupo Wagner, el cual estaría vinculado con empresarios amigos de Putin, atacaron con tanques y artillería una posición de las milicias de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), aliadas de Estados Unidos.
En respuesta Washington y sus aliados utilizaron sus aviones para frenar el asalto y mataron a un número aún no establecido de mercenarios rusos, que podrían llegar hasta 200.
Pero el gobierno de Rusia, que apoya al régimen sirio de Bashar al Assad con su fuerza aérea pero sin tropas terrestres, ha negado y luego reconocido la muerte de "contratistas".
#Russia|n journalist Maxim Borodin died today in Ekaterinburg after "falling" out from 5th floor in suspicious circumstances. https://t.co/cAJDErIZGU
He covered several sensitive issues in recent months.
We call for a thorough, impartial investigation into professional motive. pic.twitter.com/kklW5rFqE6
— RSF_EECA (@RSF_EECA) April 15, 2018
Por su parte la organización Periodistas sin Frontera indicó que la muerte de Borodin es "sospechosa" y pidió una "investigación imparcial", de acuerdo a un tuit desde su cuenta oficial.
Su fallecimiento se suma a una seguidilla de decesos extraños de rusos exiliados u opositores al presidente Putin en los últimos tiempos, como es el caso de Nikolai Glushkov, radicado en Gran Bretaña.
Así como también el intento de envenenamiento del ex espía exiliado en Inglaterra, Serguei Skripal, lo que ha generado una crisis diplomática entre el Reino Unido y Rusia.
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