A pocos días de cumplirse el 106.º aniversario de uno de los naufragios más trágicos de la historia moderna, una carta de amor nunca antes revelada redactada a bordo del Titanic solo días antes de la noche que marcaría el inesperado desenlace final de su viaje inaugural será subastada por la casa británica Henry Aldridge & Son, con esperanzas de alcanzar entre USD 28.000 y USD 35.000 en el proceso.
La pieza de correspondencia fue escrita el día 10 de abril de 1912 por la pasajera de segunda clase y sobreviviente Kate Buss, tras abandonar el puerto de Southampton en Inglaterra, y ha estado en posesión de la familia en todo momento, sin cambiar de manos.
Escrita en tinta negra y con una extensión de cuatro carillas, la carta fue dirigida en su momento a Percy James, como respuesta a la correspondencia recibida a bordo del transatlántico por quien se cree era el objeto de su afecto.
"He estado bastante bien, pero ahora me siento extremadamente cansada y lista para ir a la cama antes que cualquier otra cosa", Buss explica en su carta. "Debo ir a una cena temprana en media hora" detalla.
"Los apartamentos de primera clase son realmente magníficos, y a menos que los hayas visto antes que los de segunda clase, pensarías que son exactamente iguales", detalló la pasajera de segunda clase asombrada por el nivel del hospedaje ofrecido.
Buss también cuenta que la pasajera con quien compartía su habitación todavía no había aparecido; narra, además, que dos clérigos que se encontraban compartiendo mesa con ella durante el almuerzo le habían recomendado que comiera de forma abundante, probablemente para no tener el estómago vacío al momento de salir a alta mar.
En diálogo con Fox News, Andrew Aldridge, el empleado de Henry Aldridge & Son encargado de liderar la subasta, expresó que seguramente los religiosos hayan sido el padre Byles y los reverendos Harper o Bateman, pasajeros de segunda clase que muy probablemente llegaron a compartir mesa con la escritora de la carta.
Los tres religiosos no corrieron con la misma suerte que Buss, dado que no lograron sobrevivir. Según reportes periodísticos de la época, el padre Byles permaneció en el barco hasta el último momento brindando un oído para quienes quisieran confesarse o buscar absolución, mientras que los reverendos fallecieron congelados en las aguas del Atlántico Norte, a medida que el barco se hundía de forma dramática.
Buss termina su carta aclarando que debe acicalarse para luego ir a llevar la correspondencia al buzón, adelantándose a un posible mareo que pueda sufrir al día siguiente, lo que le imposibilitaría hacerlo. "Debo tomar un baño ahora" escribió. "Llevaré la carta hasta el buzón hoy ante el caso de sentir mareos mañana. Envíale cariños a todos los que pregunten por mí. Con amor, Kate".
El Titanic se hundiría en el océano Atlántico la madrugada del 15 de abril de 1912, solo cinco días después de iniciado su viaje inaugural. De un estimado de 2.224 personas a bordo, 1.503 perecieron en el naufragio, lo que lo convirtió en uno de los más mortales de la historia de la navegación moderna.
Buss logró sobrevivir tras montarse en el bote salvavidas número 9 y ser rescatada por el buque Carpathia. Testimonios de aquella noche aseguran que la mujer que moriría a los 96 años, el 12 de julio de 1972, habría sido una de las últimas en evacuar debido a su terror a las alturas.