El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, canceló este martes su participación en la VIII Cumbre de las Américas, que comenzará el próximo viernes 13 de abril en Lima, Perú, ya que permanecerá en su país para supervisar una posible acción militar en Siria, luego del ataque químico en el que el sábado murieron al menos 70 personas, en su mayoría mujeres y niños.
La decisión deja en el aire muchas de las expectativas de los gobernantes de la región sudamericana -entre ellos, Mauricio Macri-, que pugnaban por conseguir una reunión bilateral con el mandatario norteamericano.
"El presidente permanecerá en los Estados Unidos para supervisar la respuesta estadounidense en Siria y monitorear desarrollos alrededor del mundo", expresó la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
El vicepresidente Mike Pence tomará su lugar tanto en la Cumbre de las Américas en Perú como en un posterior viaje a Bogotá, Colombia, en la que habría sido la primera gira latinoamericana del mandatario republicano.
El encuentro entre gobernantes de los países americanos ya se había visto envuelto en incertidumbres luego de que el presidente del país anfitrión, Pedro Pablo Kuczynski, renunciara el 21 de marzo envuelto en un escándalo de corrupción. Fue reemplazado por su vice, Martín Alberto Vizcarra Cornejo.
Siria: un "gran precio" por pagar
Trump ya había advertido que el régimen de Bashar al Assad debería "pagar" un precio por la masacre, por lo que las tropas del régimen ya se estaban atrincherando para recibir un posible ataque.
El republicano también puso en la mira de sus advertencias a Rusia, que advirtió por su lado de "consecuencias graves" en caso de una acción militar de las potencias occidentales.
Persistían dudas con respecto a la naturaleza de esta respuesta, que podría significar un ataque limitado y "simbólico", como el realizado en 2017 contra una base siria, o una serie de bombardeos contundentes destinados a destruir las fábricas de armas químicas del régimen, lo que sería más arriesgado por la presencia de tropas rusas en la zona.
De cualquier manera, los Estados Unidos y sus aliados, Francia y el Reino Unido, dijeron estar listos para actuar con o sin apoyo de Naciones Unidas, donde el Consejo de Seguridad debería pronunciarse este martes sobre proyectos de Washington y Moscú para investigar el presunto ataque químico.
Trump podría esperar a la votación del Consejo de Seguridad, y dijo que una "decisión importante" se tomará entre las próximas 24 y 72 horas. "Estamos estudiando la situación muy de cerca", expresó, de acuerdo con el Washington Post.
Trabas en la ONU y apoyo de Francia
Rusia ya advirtió que el texto estadounidense contiene "elementos inaceptables". Y, según expertos, Moscú se prepara para vetar la resolución: "Eso dará a los Estados Unidos, y quizás a Francia, una excusa para una acción militar", estimó Richard Gowan, miembro del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
Trump se reunió el lunes con su gabinete y cenó con la máxima jerarquía militar, en tanto dijo a los periodistas: "Tenemos un montón de opciones militares, y les informaremos bastante pronto, probablemente después del hecho".
Además, por segunda vez en dos días, Trump habló por teléfono con su par francés Emmanuel Macron. Los mandatarios desean una "reacción contundente" de la comunidad internacional, y "permanecerán en estrecho contacto", informó París.
Este martes, el portavoz del Gobierno francés, Benjamin Griveaux, declaró que los intercambios de información entre Macron y Trump confirman "'a priori' el uso de armas químicas". "Si se ha cruzado la línea roja, habrá una respuesta", afirmó.
Las potencias occidentales atribuyen el ataque a Siria y a Rusia: "Cuando el régimen militar sirio golpea a civiles, lo hace con la ayuda de Rusia", insistió Nikki Haley, representante de los Estados Unidos ante la ONU.
La Casa Blanca había sugerido en un primer momento la "responsabilidad" de Rusia e Irán, al asegurar que el Gobierno sirio no podía llevar a cabo un ataque químico "sin su ayuda material".
Trump advirtió entonces a Damasco, Moscú y Teherán que podían "pagar un alto precio". Una amenaza que incluía también, con nombre y apellido, al presidente ruso Vladimir Putin.
El fantasma de una respuesta militar revivió el lunes tras el lanzamiento de misiles contra la base militar T-4 que posee el régimen sirio en el centro del país. Pero en este caso, Damasco, Moscú y Teherán señalaron a Israel como responsable.
Por su parte, Trump ya bombardeó en abril de 2017 una base militar siria en respuesta a un ataque con gas sarín en Jan Sheijun, del que acusaron al régimen de Al Assad y que dejó 80 civiles muertos.
Negación y preparativos para contener las represalias
El régimen sirio siempre ha negado su responsabilidad por los ataques químicos que se le han atribuido durante la guerra que devasta el país desde 2011.
Gracias al apoyo militar de Moscú, el gobierno de Al Assad recuperó más de la mitad del territorio sirio, a costa de una guerra que se ha cobrado más de 350.000 vidas.
Con este apoyo, el régimen finalmente se centró en el último enclave rebelde en Duma, lo que forzó a los rebeldes a evacuar la ciudad.
Durante varias semanas de febrero y marzo, el bastión opositor fue blanco de intensos bombardeos que mataron a más de 1.700 civiles, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
Este martes, el OSDH también reportó que las fuerzas del gobierno de Siria y sus aliados estaban en situación de alerta, y tomaron precauciones en bases militares y puestos de control de todo el país por temor a la respuesta de Trump.
Las tropas sirias llevan ya 72 horas en alerta y están fortificando sus posiciones. Esta alerta afecta a todos los puestos y bases militares del país, desde la provincia sureña de Sweida a Aleppo, en el norte, así como de la costa mediterránea occidental a la región oriental de Deir Ezzor, junto a la frontera con Irak, agregó el director del Observatorio, Rami Abdurrahman.
En tanto, el colectivo activista Sound and Picture Organization, que opera en el este de Siria, dijo que combatientes iraníes y miembros de la milicia libanesa Hezbollah abandonaron sus posiciones en Boukamal, cerca de la frontera con Irak.
(Con información de AFP, EFE y AP)
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